Un estudio explora cómo los medicamentos afecta al crecimiento de las bacterias intestinales

Según un estudio, cada persona lleva dentro de su estómago más de un kilo de microbios que son esenciales para su salud. En los últimos años, el estudio del microbioma está encontrando cada vez más conexiones entre determinados ecosistemas bacterianos y muchas enfermedades, incluidas las mentales.

Recientemente se han asociado algunas drogas no antibióticas usadas comúnmente con cambios en la composición del microbioma intestinal, pero se desconoce el alcance de este fenómeno. El 24% de los medicamentos con objetivos humanos, incluidos los miembros de todas las clases terapéuticas, inhibieron el crecimiento de al menos una cepa in vitro.

“Hemos analizado la mayoría de los fármacos más usados”, explica Lisa Maier, coautora del estudio, publicado en Nature. Los resultados muestran que entre los medicamentos que inhiben el crecimiento de las bacterias intestinales hay antipsicóticos, antihistamínicos contra la alergia, inmunosupresores, antieméticos, inhibidores de la bomba de protones como el Omeprazol, medicamentos contra el colesterol, como las estatinas, píldoras anticonceptivas y también fármacos contra la disfunción eréctil» añade la investigadora.

Bacterias esenciales para la producción de nutrientes

Las bacterias que son más abundantes en el intestino de personas sanas son  las más afectadas por los fármacos, entre ellas especies esenciales para producir nutrientes, explica el trabajo.

Los efectos secundarios más habituales asociados a esta interacción son similares a los de los antibióticos, por ejemplo problemas gastrointestinales, señalan los autores del trabajo, aunque serán necesarios más estudios para conocerlos en detalle.

El efecto de los fármacos no antibióticos en el microbioma podría explicar parte de la creciente resistencia a antibióticos, pues las bacterias parecen usar mecanismos similares para protegerse tanto de los antibióticos como de los otros fármacos, añaden los responsables del trabajo. El estudio abre la posibilidad de usar algunos de esos fármacos no antibióticos como si lo fueran, especialmente porque algunos son muy específicos contra una especie de bacteria determinada.

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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