Desarticulada una compleja red de narcotráfico que camuflaba drogas de diseño en productos de consumo diario. La Policía Nacional ha logrado detener a diez presuntos integrantes del grupo y ha decomisado una gran cantidad de sustancias ilegales listas para su distribución. Esta operación, que comenzó en mayo de 2024, saca a la luz las creativas tácticas que emplean las organizaciones criminales para eludir los controles policiales.
Sospechas desde mayo de 2024
El punto de partida de esta investigación se remonta a mayo de 2024, cuando los agentes de la Policía Nacional recibieron las primeras informaciones sobre un posible entramado de distribución de estupefacientes. Las primeras pesquisas apuntaban a un grupo dedicado, principalmente, al tráfico de MDMA y otras sustancias sintéticas, que más tarde se confirmaría operaba de forma coordinada tanto a nivel nacional como internacional.
Estos movimientos iniciales llevaron a realizar un seguimiento exhaustivo de varias personas sospechosas, lo que acabó destapando un patrón claro de distribución. Con la aparición de identidades ficticias y envíos internacionales mediante empresas de mensajería, las sospechas sobre la existencia de una organización criminal mejor estructurada fueron en aumento.
La ingeniosa táctica de los botes de chicles
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención en esta operación contra el narcotráfico es la forma de ocultar la droga. Según la información facilitada, los implicados camuflaban las sustancias en paquetes aparentemente inofensivos de chicles, galletas, golosinas y cereales. Tras abrir cuidadosamente los envases y ocultar los comprimidos en su interior, los volvían a sellar con sumo cuidado para disipar cualquier sospecha.
Esta treta no solo dificultaba la labor de la Policía Nacional, sino que también mostraba la sofisticación y la inversión que la banda dedicaba a pasar desapercibidos. Mediante este método, el grupo evitaba los controles rutinarios, sobre todo al usar empresas de paquetería para envíos internacionales. Así, lograban poner en circulación miles de pastillas de MDMA, entre otras drogas, sin levantar alarmas en un primer momento.
Desenlace policial en Madrid
A finales de noviembre, la operación policial dio un paso definitivo con la entrada simultánea en tres domicilios de Madrid. El resultado fue contundente: se intervinieron más de 24.300 pastillas de MDMA, 1.124 gramos de MDMA en roca, más de 800 gramos de “tusi”, 100 gramos de cocaína, 26 gramos de ketamina y 44 gramos de marihuana.
Esta extensa variedad de sustancias estupefacientes demuestra el amplio catálogo con el que trabajaba la organización criminal. También se encontraron abundantes pruebas físicas que respaldan las acusaciones, desde dinero en efectivo y documentación con anotaciones hasta dos motocicletas y un reloj de alta gama. Toda esta información reforzó la hipótesis de una red estructurada y ambiciosa, centrada en maximizar su beneficio mediante la venta ilícita de drogas.
Un arsenal oculto y una máquina “entabletadora”
Además de los estupefacientes, durante los registros se localizaron dos armas de fuego con su correspondiente munición. Estos hallazgos confirman la peligrosidad del grupo, que no solo invertía en mecanismos de ocultación, sino que también estaba preparado para actuar con violencia si fuera necesario.
Destaca la presencia de una máquina “entabletadora”, empleada para la elaboración de pastillas. Este dispositivo indica que los detenidos probablemente manejaban la producción y no solo la distribución, lo que incrementa la gravedad de los delitos imputados. Con capacidad para fabricar comprimidos en grandes cantidades, es evidente que esta organización disponía de los recursos y la logística para expandir su actividad de forma constante.
Detenidos y acusaciones
La detención de diez personas (ocho hombres y dos mujeres) ha supuesto la disolución de uno de los grupos más activos en el panorama de las drogas sintéticas. Las autoridades informaron que todos ellos se enfrentan a cargos por pertenencia a organización criminal y delitos contra la salud pública, entre otras posibles imputaciones.
Del total de detenidos, ocho ingresaron en prisión tras la orden judicial pertinente. Este desenlace supone un duro golpe al tráfico de estupefacientes y pone de relieve la coordinación y perseverancia de los cuerpos de seguridad para interceptar envíos ilegales a nivel nacional e internacional.