Greenpeace está siguiendo la evolución de los efectos del vertido petrolífero de BP que ha tenido lugar en el Golfo de México e insiste en la necesidad de poner fin a las perforaciones en el mar.
Según han informado desde la entidad ecologista el presidente Obama visitó la zona para ver, de primera mano, la marea negra que se acerca rápidamente a la costa. Después de reunirse con los responsables para esta operación en la localidad de Venice, Luisiana, aseguró que “BP es la responsable de este vertido y por ello tendrá que pagar la factura”.
Además, reiteró el compromiso del Gobierno para detener el vertido y detalló los planes y medidas que se están llevando a cabo.
Debido al mal tiempo y a las grandes olas, las barreras anticontaminación instaladas para proteger los humedales costeros del vertido se están viendo desbordadas, tal y como informan desde Greenpeace. Asimismo, la entidad alega que ada minuto resulta más difícil controlar la mancha de petróleo. Un alto mando de la Guardia Costera y responsable de las operaciones, aseguró a la cadena CNN que: “Este vertido, en este punto y en mi opinión, es totalmente impredecible. La mancha es asimétrica, anómala y una de las cosas más complejas que hemos tratado”.
“Las personas preguntan si se está haciendo lo suficiente y, lamentablemente, ahora no hay nada que sea suficiente porque el vertido está totalmente fuera de control”, ha declarado Mark Floegel, director de Investigación de Greenpeace, que se encuentra actualmente en Venice, Luisiana, quien también ha añadido: “Es casi imposible evitar las consecuencias de este vertido, sólo podemos evitar que suceda otro similar. Lo que realmente necesitamos es que el presidente Obama adopte medidas más contundentes en la prevención de futuros vertidos de petróleo. Su anuncio del viernes de que los nuevos contratos para perforaciones en alta mar serían paralizados, en realidad no significa mucho y no se espera que tenga algún efecto en las operaciones en marcha”.
Además, Floegel ha indicado que es necesaria “una moratoria total para las perforaciones en alta mar, sólo así podremos evitar catástrofes como ésta. Si el presidente Obama dice que BP es la responsable de este accidente, también debe asumir la responsabilidad del gobierno en este tipo de perforaciones”.
En el marco de la vista de Obama a la zona, el director de Investigación de Greenpeace, también ha añadio que desde Greenpeace se espera que: “Mientras Obama esté en Luisiana hable con los pescadores y mariscadores que han perdido su medio de vida; que vea el comienzo de los efectos sobre el ecosistema y la vida salvaje que depende de estos humedales costeros, y que vea en persona lo que significa la energía sucia para Estados Unidos”.
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