El impacto de un buitre negro contra un tendido eléctrico en la Sierra de la Demanda dejó huérfano a un huevo de esta especie amenazada. Sin embargo, un rápido operativo de rescate liderado por GREFA logró salvarlo, garantizando su desarrollo en condiciones seguras. Este suceso pone de relieve los peligros de las infraestructuras eléctricas para la fauna y la necesidad de medidas más efectivas para evitar nuevas tragedias.
Un trágico accidente y una intervención urgente
El 4 de marzo, «Aramol», un macho reproductor de buitre negro, perdió la vida tras colisionar con un tendido eléctrico en Huerta de Arriba (Burgos). Su muerte amenazaba la supervivencia del huevo que incubaba junto a su pareja, «Bioco», ya que esta especie depende de la colaboración de ambos progenitores para la incubación y cría de sus pollos.
Ante este escenario, GREFA, con la supervisión de la Junta de Castilla y León, intervino el 6 de marzo. Con la ayuda de agentes medioambientales especializados, el huevo fue rescatado del nido, ubicado en la copa de un pino silvestre, y trasladado en una incubadora móvil hasta el centro de cría de la ONG en Majadahonda (Madrid).

Desarrollo exitoso en cautividad
Una vez en las instalaciones de GREFA, se confirmó que el huevo estaba fertilizado y en buen estado. «Desde su llegada, ha seguido su desarrollo con normalidad en las incubadoras del centro», afirmó Ernesto Álvarez, presidente de GREFA. Este rescate no solo asegura el nacimiento del pollo, sino que también ofrece una segunda oportunidad a «Bioco» para emparejarse nuevamente y mantener su territorio.

El peligro invisible de los tendidos eléctricos
Aunque el tendido donde murió «Aramol» había sido rectificado para evitar electrocuciones, carecía de dispositivos anti-colisión. «Solicitamos la corrección de todos los tendidos en zonas de reintroducción del buitre negro para prevenir tanto electrocuciones como colisiones», insistió Álvarez.
Los tendidos eléctricos representan una de las principales amenazas para las aves de gran envergadura. A pesar de los esfuerzos por minimizar riesgos, la ausencia de medidas como salvapájaros sigue cobrándose vidas.
Compromiso firme con la conservación
El Proyecto Monachus de GREFA lleva ocho años trabajando en la reintroducción del buitre negro en la Sierra de la Demanda, donde ya se ha consolidado una colonia reproductora de unas treinta parejas. En la temporada de 2025, más de diez parejas están incubando huevos en la zona, lo que demuestra el éxito del proyecto.
Este esfuerzo se extiende a otras regiones. En el Prepirineo de Lleida, GREFA inició en 2007 la reintroducción del buitre negro, logrando establecer una colonia en la Reserva de Boumort. Ahora, han comenzado un nuevo programa en el Parque Natural de Els Ports (Tarragona). Además, desde 2012, han trasladado buitres negros a Bulgaria, contribuyendo a su reintroducción en los Montes Ródopes bajo el proyecto LIFE Rodhope Vulture.
¿Podremos evitar nuevas tragedias?
La muerte de «Aramol» reabre el debate sobre la seguridad de las infraestructuras eléctricas y su impacto en la biodiversidad. Si bien la reintroducción del buitre negro avanza con éxito, ¿se está haciendo lo suficiente para evitar que estos esfuerzos se vean truncados por accidentes evitables? La implementación de medidas efectivas en los tendidos eléctricos sigue siendo una tarea pendiente.