La Agencia Tributaria refuerza su control sobre los pagos electrónicos y extiende su vigilancia a Bizum. Con la inminente aprobación de un nuevo real decreto, los bancos deberán informar sobre los ingresos recibidos por autónomos y empresarios a través de esta plataforma de pago.
Un cambio normativo con impacto en los negocios
Desde su irrupción en 2016, Bizum ha cambiado la forma en que los españoles gestionan sus pagos cotidianos. Con 28 millones de usuarios y más de 82.000 comercios adheridos, esta plataforma ha procesado en 2024 cerca de 1.100 millones de operaciones por un valor superior a los 44.000 millones de euros. Ahora, el Gobierno busca incluir estos movimientos dentro del radar fiscal.
Según explica Benjamí Anglès, profesor de Derecho y Ciencia Política en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en derecho financiero y tributario, la nueva normativa exigirá a las entidades bancarias reportar a la Agencia Tributaria los ingresos obtenidos mediante pagos móviles por parte de profesionales y empresas. Este cambio equipara Bizum a otros métodos de cobro digital y elimina el umbral mínimo de 3.000 euros que hasta ahora delimitaba la obligación de información fiscal.
¿Qué supone para los autónomos y empresarios?
Hasta la fecha, los bancos solo estaban obligados a notificar a Hacienda los pagos con tarjeta de crédito o débito que superasen los 3.000 euros anuales. Con el nuevo decreto, no solo se amplía la fiscalización a los ingresos por Bizum, sino que también se requerirá un reporte mensual en lugar de anual. Esto permitirá a la Agencia Tributaria obtener un control más detallado y en tiempo real de las operaciones económicas.
Este cambio podría afectar especialmente a autónomos y pequeños negocios que hasta ahora utilizaban Bizum como una alternativa ágil para recibir pagos sin pasar por datáfonos o transferencias bancarias tradicionales. «A partir de ahora, cualquier ingreso por servicios o productos a través de esta plataforma será visible para Hacienda», apunta Anglès.
Los particulares quedan fuera… por ahora
El endurecimiento del control fiscal no afectará a los usuarios particulares que empleen Bizum para transacciones entre amigos y familiares, siempre que los montos no superen los 10.000 euros anuales. No obstante, aunque estos movimientos no sean fiscalizados de manera directa, la Agencia Tributaria tendrá acceso a los datos de los destinatarios y podría cruzar información en casos sospechosos.
Este detalle no es menor, ya que el simple hecho de que Hacienda pueda conocer la existencia de estos pagos podría hacer que algunas operaciones, hasta ahora consideradas privadas, entren en el radar de la inspección tributaria. «Si un particular recibe reiteradamente pagos de diferentes usuarios, podría ser objeto de una revisión para determinar si se trata de ingresos profesionales no declarados», advierte Anglès.
Mayor control, mayor transparencia
Con esta medida, el Gobierno refuerza su estrategia para combatir el fraude fiscal y asegurar que todos los ingresos derivados de actividades económicas sean debidamente declarados. La tecnología facilita la trazabilidad de los pagos, y ahora la Agencia Tributaria podrá acceder a estos datos con mayor facilidad.
Para los profesionales y empresarios, esta normativa exige una mayor planificación fiscal y contable. La recomendación es regularizar todas las operaciones comerciales y mantener un registro detallado de los ingresos obtenidos a través de Bizum y otros sistemas digitales de pago.
¿Qué implicaciones tiene esta medida?
La obligatoriedad de informar sobre los ingresos por Bizum plantea algunas preguntas relevantes: ¿será esta la antesala de un control más estricto sobre los pagos digitales en general? ¿Podría ampliarse en el futuro a particulares que superen ciertos límites de ingresos? La normativa aún está en proceso de aprobación, pero sienta un precedente claro: la digitalización de los pagos lleva aparejada una fiscalización cada vez más exhaustiva.