Vivimos en una época trepidante, pero tal vez no en la mejor acepción de ese término, sino en la peor . La prisa se ha instalado en nuestro organismo, como un virus, como un Anisakis cargado de estrés y ansiedad. La prisa es también en la sociedad parte esencial del concepto de modernidad, de éxito, corre, gana y no mires atrás. Por lo que un «todavía joven» profesional del marketing y la comunicación rehuse los tan manidos y a veces vacíos «mantras» del pseudo lenguaje empresarial, siempre instalados en la persecución del éxito casi como religión: insisto, es una ventana de aire fresco y una patada en la espinilla a los apóstoles de los manuales del éxito y los coach de «pacotilla». La juventud cansada es un poemario que reivindica la normalidad, la tristeza,bendita tristeza.
La Juventud Cansada de Pedro Robledo es un canto sencillo al derecho a la normalidad, al ying y yang de la vida, a los vaivenes , una llamada a la introspección.
Según cuenta el propio Robledo: «He querido hacer un trabajo muy personal y sobretodo muy honesto, conmigo mismo y con los lectores; reivindicando el valor de la tristeza, la importancia de poder y saber estar a solas, el derecho y la libertad a poder sentirse y ser diferente. Un intento de ofrecer un espacio sentimental común. Una suerte de abrazo para todos aquellos que comulgan a diario con la sensación de fracaso, de derrota, de sufrimiento. Para aquellos que se saben perdedores en el juego de la vida. Y que reconocen el engaño y la mentira en esa obligación moral (e imposición social) de competir, de triunfar, de ser exitoso, de perseguir los sueños y la felicidad».
Escribir un libro de poesía, » La Juventud Cansada» y además autopublicarlo (sin tener el apoyo de una editorial y costeando todo el proceso de edición y promoción) es todo un reto. así lo atestigua el Propio Robledo que de marketing sabe un rato largo. Es una buena opción para leer algo alternativo
Un necesario alegato contra la dictadura de la felicidad (que parece haberse convertido en la medida de todas las cosas) y a favor de la tristeza, de la ansiedad, e incluso de la depresión. Porque también ellas forman parte de la vida y de nuestra naturaleza humana. Ocultarlas, rechazarlas, es negarnos a nosotros mismos.
No hay nada más lúcido que sentirse perdedor en una partida imposible de ganar. Desde esa posición de honestidad, se comprende mejor la dictadura de la felicidad como herramienta de control y auto-explotación impuesta por nosotros mismos. De ahí nace mi Juventud Cansada.