La Comunidad de Madrid ha declarado bien de Interés cultural a la Nave de Motores de Metro de Madrid por su valor testimonial, tecnológico y artístico que no ha sufrido apenas variaciones desde su construcción en 1923.
De esta manera la Nave de Motores de Metro, situada en las instalaciones de la sede social de Metro de Madrid junto a la Calle Cavanilles, ha conseguido la máxima protección de patrimonio histórico.
Las instalaciones se ha convertido en uno de los lugares elegidos por los madrileños para visitar la ciudad ya que 52.000 personas lo han contemplado desde su restauración en 2008. En el que los visitantes pueden conocer gratuitamente la historia del suburbano y la importancia del transporte como motor de la economía y el cambio social en la región.
La historia
La nave se terminó de construir en 1923 con el fin de solventar las posibles insuficiencias de suministro eléctrico y prestar un mejor servicio a la red de Metro. Se trata de una central que podía transformar la corriente eléctrica suministrada por las compañías y generar su propia energía mediante la utilización de tres grandes motores diesel, de 1.500 cv cada uno, adquiridos en Alemania. También llegó a proporcionar energía al resto de las subestaciones de Metro, a la misma ciudad de Madrid y, en 1925, a las propias compañías eléctricas. Además, durante la Guerra Civil suministró electricidad para el uso de la población de Madrid.
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El proyecto de la instalación de la maquinaria corrió por aquel entonces a cargo de los ingenieros José María y Manuel Otamendi. Antonio Palacios, fue, como en otras muchas instalaciones de la red de Metro de Madrid, el autor del proyecto arquitectónico, extendiendo el uso de azulejos (hoy restaurados y perfectamente visibles en la nave) a los edificios auxiliares de Metro como imagen de la compañía.
En 1923, año en que se terminó la construcción de la Nave de Motores, se completó también la construcción de la primera línea de Metro, que comprendía 14 estaciones entre Cuatro Caminos y Puente de Vallecas, de casi 8 kilómetros de longitud. El 14 de junio de 1924 Alfonso XIII inauguró oficialmente la sala, justo después de inaugurar la nueva estación de Ventas, de la Línea 2. Muchos años después, la creciente regularidad del suministro eléctrico motivó el cese de la producción de energía y en 1977 la Nave de Motores quedó definitivamente fuera de servicio.
La restauración
Más de 30 años después del cierre, el Ayuntamiento de Madrid y Metro de Madrid acordaron en 2005 la apertura y el acceso público de dos espacios totalmente singulares para la historia de la ciudad: la Estación de Chamberí y la Sala de Motores.
Los trabajos de restauración de la Nave de Motores, según el proyecto del arquitecto Carlos Puente, consistieron en la recuperación del aspecto original del edificio, así como la limpieza y restauración de la maquinaria y elementos muebles y la creación de un espacio de acogida para el público.
Los madrileños pueden visitar la Nave y la Estación de Cahmberí, de manera gratuita, viernes, sábados y domingos, de 10:00 a 14:00 horas.
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