Un estudio demuestra que el uso de navegadores está haciendo más débil el sentido de orientación espacial de nuestro cerebro.
Este estudio que ha sido publicado en la revista Nature Communications, ha demostrado que mientras usamos un GPS la parte de nuestro cerebro encargada de la orientación especial muestra mucha menos actividad.
Para demostrar esto, los investigadores lanzaron a las calles de Londres a 24 sujetos, con la orden de realizar 10 itinerarios distintos, de esas 10 rutas, en 5 estaban asistidos por un GPS y en las otras 5 se orientaban a través de mapas. Mientras tanto los investigadores escaneaban la actividad del cerebro de estos sujetos.
Los resultados de los análisis demostraron que la actividad del cerebro cuando no estaban guiados por un GPS era mucho mayor, el hipocampo como el córtex frontal mostraban muchísima actividad. Actividad que aumentaba todavía más cuando el número de opciones para elegir era grande. En cambio, cuando los sujetos tenían el GPS en sus manos la actividad tanto del hipocampo como el córtex frontal era prácticamente nula.
Esto, además, hace resaltar el papel que tiene el hipocampo cerebral en la orientación espacial del ser humano, y que cuánta más incertidumbre hay en una ruta, mayor trabajo tiene.