Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad han presentado en Málaga un novedoso informe sobre el estado actual de la protección y desprotección en la costa española, así como las tendencias que se observan en las zonas libres de ladrillo.
El informe, presentado a bordo del barco MY Esperanza de Greenpeace, analiza las zonas de mayor valor ambiental que ya están protegidas, las que están urbanizadas (y en las que, por tanto, sería difícil actuar) y, por último, aquellas cuya conservación es relevante para el futuro y, lamentablemente, muy codiciadas por el urbanismo.
Destrucción costera
El informe analiza las 22 provincias con costa con tres rankings principales:
1) Cuánto se ha construido donde lo prohíbe la Ley de Costas: es el denominado Dominio Público Marítimo Terrestre y se trata de la zona costera que es bien público. Las 10 provincias con más costa pública destruida son:
Málaga con 74,9% destruido, seguido de Cádiz con el 69,1%, Barcelona 68,9%, Valencia 66,7%, Alicante 64,3%, Castellón 47,5%, Girona 43,8%, Tarragona 40,3% y Huelva 36,9%,
2) Cuánto se ha construido en los 10 primeros kilómetros de costa: se trata de la franja más codiciada por la industria turístico-inmobiliaria. Las 10 provincias que lideran este ranking son: Barcelona, Alicante, Málaga, Cádiz, Pontevedra, Vizcaya, Guipúzcoa, Tarragona y Valencia.
3) Cuánto ha crecido la urbanización en la costa en los últimos años: las provincias en las que más ha crecido la urbanización los últimos años son Castellón con un 148%, Granada con 146%, Valencia con 118%, Cádiz con 111% y Almería con 107%. En total, la urbanización en la costa española ha crecido un 57% en los últimos 25 años.
«Los datos indican que no ha desaparecido el ansia por seguir ocupando los primeros kilómetros de costa y los alrededores de los parques naturales. La flexibilización de normativas como la nueva Ley de Costas, la Ley de Impacto Ambiental, la futura Ley del Suelo de Canarias y la indiferencia ante sentencias judiciales como en el hotel de El Algarrobico parecen ser los catalizadores de una segunda edad de oro para el ladrillo», ha declarado Pilar Marcos, responsable en Greenpeace de la campaña Biodiversidad.
Uno de los principales riesgos que se identifican es el aumento exponencial de la construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa junto a los efectos derivados del cambio climático y la mayor exposición a inundaciones o a torrentes. Este es el caso de municipios como Isla Cristina (Huelva), Pedregalejo (Málaga), Empuriabrava (Girona) o Marina de Port d’Aro (Girona) que han quedado amnistiados y fuera de protección gracias a la nueva Ley de Costas y tienen, por ello, un especial riesgo de inundación. Por esto, la conservación del estado natural de la franja de los primeros 500 metros es esencial, ya que actúa como barrera de protección.
Además la organización ecologista junto al Observatorio de la Sostenibilidad ha analizado las zonas que pueden sufrir en un futuro una alta presión urbanizadora, pues en la actualidad o no están protegidas o se encuentran cerca de zonas ya urbanizadas y bien comunicadas a través de carreteras.
Protección a Toda Costa
Se han analizado mediante las fotografías de satélite tanto los espacios naturales protegidos de las CC. AA. como las figuras de protección europea, analizando si se han respetado estos espacios. El informe de la organización ecologista alerta de que solo un 27% de la costa española está protegida.
Las 10 primeras provincias con más espacio costero protegido son: Huelva con un 61% debido a la presencia del entorno del Parque Nacional de Doñana; Tenerife con un 59,7%; seguido de Las Palmas 51,6%; Baleares 48,8%; Girona 42,7%; Barcelona 30,8%; Región de Murcia 26,3%; Cádiz 26,2%; Tarragona 23,5% y Alicante 19,3%.
Para Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad es clave que, ante un posible resurgir de la urbanización en la costa, no se cometan los errores del pasado y se pongan en valor las figuras de protección de la naturaleza, especialmente en las áreas que limitan con los parques naturales y que son, por esa razón, las más codiciadas por la industria turístico-inmobiliaria.
Elefantes blancos y puntos negros de la costa
En el informe también se han incluido proyectos urbanísticos costeros que emergieron durante la primera ola de destrucción costera y que han quedado anclados como ejemplo de las desafortunadas políticas de desarrollo urbanístico sin control. Algunos de estos “elefantes blancos” son:
El hotel ilegal del Algarrobico (Almería), el Acuario sin abrir del Puerto de Cádiz, las obras paralizadas de Puerto Mayor en la La Manga del Mar Menor (Región de Murcia), el fallido “Parque de la Relajación” en Torrevieja, la abandonada central nuclear de Lemoniz en ruina desde hace 30 años o el puerto exterior de los 1.000 millones de euros de obra en Langosteira (A Coruña).
Zonas con alta presión en el futuro
El informe analiza las tendencias y, en este sentido, las zonas que pueden sufrir en un futuro alta presión urbanizadora dado que en la actualidad o no están protegidas o se encuentran cerca de zonas ya urbanizadas y bien comunicadas. Son 52 zonas en total, algunas de ellas:
La costa de Águilas y Cabo de Cope (en la Región de Murcia), las áreas adyacentes al delta del Ebro (Tarragona), Barreiros (Lugo), el Cap de Creus (Girona), la costa oriental de Fuerteventura, la costa norte de Gran Canaria, Formentera, Finisterre o el tramo entre Zumaia y Zarautz (Guipuzcoa).
Para la elaboración del informe, el Observatorio de la Sostenibilidad ha analizado 7.880 kilómetros lineales de la costa española, cruzándose con 21.000 parcelas del inventario nacional de hábitats y analizando 21 millones de hectáreas.
«Desde el Observatorio de la Sostenibilidad llevamos más de 25 años analizando imágenes de satélites del Instituto Geográfico Nacional, de las CC. AA. o Universidades y sigue sin imponerse la inteligencia colectiva en la protección de la costa», ha declarado el Dr. Fernando Prieto del Observatorio de la Sostenibilidad. «De seguir las tendencias actuales, en muy pocos años habremos dilapidado lo poco que queda y es urgente un uso prudente del suelo sobre todo en un escenario de cambio climático», concluye Prieto.
Sin embargo, este informe no está cerrado sino que pretende ser un catálogo abierto para la participación ciudadana, de forma que se pueda incluir información sobre zonas que están en riesgo de ser urbanizadas. En este sentido, el Observatorio de la Sostenibilidad y Greenpeace animan a las personas preocupadas por la conservación del litoral a añadir lugares de gran valor ecológico y que estén amenazados a través de sus redes sociales con el hashtag #ProteccionATodaCosta.
Demandas de Greenpeace
Los datos y conclusiones del informe demuestran la necesidad urgente de actuar para conseguir una protección efectiva del litoral, degradado de manera definitiva en amplias zonas del país. Es necesario reconocer los errores del pasado y:
- Poner en valor de forma efectiva los espacios naturales protegidos de nuestro país. La red Natura 2000 debe tener una gestión real dentro de los planes de las CC. AA.
- Blindar las zonas que aún se mantienen intactas.
- Desde un punto de vista científico, es recomendable ampliar las escalas temporales de planificación, no cada cuatro años.
- Exigir el cumplimiento de las sentencias de los tribunales y el cumplimiento de las leyes de manera que se desmantelen las construcciones ilegales, o en completo desuso, para restaurar el espacio que fue destruído.
- Mantener la calidad del medio ambiente como base para el turismo, que supone el 11,7% del PIB nacional.
- Reconocer en los Presupuestos Generales del Estado el impacto real del cambio climático en la costa para liberar de construcciones los espacios más peligrosos y restaurar la defensa natural que supone la costa bien conservada.
- Además, Greenpeace España publicará en las próximas semana los datos analizados en este informe en Greenpeace data para contribuir a la transparencia y acceso a la información como promoción de la cultura de datos abiertos.