La lactancia materna consumida durante largos periodos de tiempo puede ayudar a prevenir enfermedades de tipo mental.
Así lo han constado científicos australianos que, para llevar a esta conclusión, han elaborado un proceso de investigación que ha tenido una duración de 14 años.
Son varios los factores que pueden propiciar este efecto positivo de la lactancia. Uno de ellos reside en el contacto que el bebé tiene con su madre durante este periodo y otro reside en los ácidos grasos y en los componentes bioactivos que tiene la leche materna.
Tal y como recoge elmundo.es la investigación arrancó en el año 1989 invitando a participar a 2.900 mujeres que estaban en las semanas 16 a 20 de gestación y tomando en cuenta datos familiares, sociales, económicos, demográficos o médicos, entre otros.
También se anotaron las fórmulas de alimentación y cuestionarios sobre el comportamiento de los pequeños. Los datos revelaron que las lactancias cortas (de menos de seis meses) se relacionan con un aumento de la morbilidad de la salud mental que se extiende desde la infancia hasta la adolescencia.