Un estudio realizado por Universidad Nacional de Colombia ha revelado que las mujeres son más resistentes a las alturas que los hombres. Los investigadores descubrieron que los hombres tienen más riesgos de sufrir hipoxias en terrenos elevados. La cantidad de hemoglobina y niveles hormonales son los factores que el estudio tiene en cuenta para llegar a estas conclusiones.
Hasta ahora se pensaba que, debido a su mayor capacidad pulmonar, los hombres eran más resistentes a las alturas que las mujeres. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional (UN) de Colombia ha descubierto que las mujeres resisten más en las alturas. El estudio relaciona esta capacidad con el efecto ligado a las hormonas, los estrógenos y la progesterona.
¿En qué consistió el estudio?
El estudio midió la masa total de hemoglobina, es decir, la cantida de esta proteína y no su concentración en el cuerpo, que es lo que se viene analizando hasta ahora en los laboratorios. Estas mediciones se realizaron tanto en mujeres sedentarias como deportistas y en pre y posmenopaúsicas.
Los resultados
Los resultados fueron concluyentes: las mujeres tienen menos masa de hemoglobina, pero muestran mayor resistencia a la hipoxia -insuficiencia de oxígeno en el cerebro- que los hombres. El grupo de investigadores intentará desentrañar las causas de estos resultados para poder crear planes de entrenamiento personalizado de resistencia.
“Aunque ya identificamos su mayor resistencia, aún se requieren más estudios para identificar la causa. Sin embargo, la investigación indica que puede ser por un efecto ligado a las hormonas, los estrógenos y la progesterona”, afirmó el profesor Mauricio Serrato Roa, profesor del Departamento de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UN.
Pruebas de resistencia
Este mismo grupo de investigación que mide los factores que intervienen en la resistencia a las alturas está probando también las diferencias entre aquellos que viven a nivel de mar y los que viven en terrenos elevados.
Es algo común que personas acostumbradas a vivir en alturas bajar experimenten lo que se conoce popularmente como «mal agudo de montaña» que puede provocar edemas cerebrales y pulmunares, a veces, de gravedad.
La prueba que los investigadores llevan a cabo consiste en inyectar una cantidad pequeña de monóxido de carbono al cuerpo para que se fije a la hemoglobina y así hacer las mediciones relativas al consumo de oxígeno, proceso relacionado directamente con la cantidad de hemoglobina de la persona en cuestión.
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