Las pacientes de cáncer de mama podrían mejorar con ejercicio físico según un estudio realizado por diferentes investigadores. Además, podría prevenir la aparición de otros efectos derivados del cáncer.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, han realizado un estudio en el que demuestran que un programa de ejercicio físico específico y supervisado por un profesional puede ser muy beneficioso para las pacientes de cáncer de mama.
En el estudio, publicado en la revista Cancer Research, se ha comprobado que el programa no solo puede ayudar a mejorar la calidad de vida, pues reduce los efectos secundarios de los tratamientos, sino que, al hacer físicamente más activas a las pacientes, se previenen otras enfermedades, como cardiopatías u obesidad, determinantes para la reaparición de un tumor y, por tanto, para la supervivencia.
¿En qué ha consistido el estudio?
Los investigadores han desarrollado un programa de ejercicio grupal específico para tratar los efectos secundarios de los tratamientos del cáncer de mama. El estudio comparó dos grupos de mujeres, uno sujeto al tratamiento de ejercicio y otro que mantenía su estilo de vida habitual. Participaron un total de 94 mujeres de la comunidad de Madrid, lo que lo convierte en uno de los estudios más grandes realizados en Europa en este ámbito.
Los resultados mostraron que las mujeres que participaban en el programa de ejercicio mejoraban su calidad de vida y aumentaban la cantidad de ejercicio físico practicado en su tiempo libre. Además mejoraban su capacidad cardiovascular, un parámetro relacionado con la supervivencia y la aparición de enfermedades cardiovasculares; y reducían su fatiga crónica.
Las conclusiones obtenidas muestran que un programa de ejercicio supervisado por un profesional especialista en ejercicio oncológico puede ser una práctica muy beneficiosa para pacientes de cáncer de mama. Esto es así porque, no solo puede ayudarles a mejorar su calidad de vida, sino que, al modificar su estilo de vida y ser más activas, están previniendo otras enfermedades determinantes para la reaparición de un tumor y para la supervivencia.