En 2023 se localizaron 57 territorios potenciales para la cría de cigüeña negra, nueve con presencia, cinco reproductores y 13 pollos volados
Se han triplicado en cuatro años las parejas de cigüeña negra en la Comunidad de Madrid, gracias al Programa de Conservación de esta especie que puso en marcha el Ejecutivo autonómico en 2020 al detectar un preocupante descenso de una de las seis aves catalogadas en peligro de extinción en la región. En ese momento anidaban en la región tan solo tres parejas, mientras que en el último año se han avistado hasta un total de diez.
Recuperación de la cigüeña negra
Las labores para lograr la recuperación de esta especie se llevan a cabo durante todo el año. Así, en el mes de diciembre, el Grupo de Trabajos en Altura del Cuerpo de Agentes Forestales (GIAM), en coordinación con técnicos del Programa de Conservación, instalan conos metálicos en las plataformas de los nidos para evitar que los ocupan otras rapaces que crían antes, como es el caso del búho real, el milano o el buitre leonado.
Estos profesionales se encargan también de adecuar estos espacios para que la cigüeña negra pueda reproducirse cuando llegue la primavera. En la actualidad, realizan estas tareas en doce nidos ubicados en el suroeste madrileño, en concreto, en las Zonas de Especial Conservación (ZEC) de las cuencas de los ríos Alberche y Cofio, en el Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y en el Monte de El Pardo.
Entre febrero y marzo se procede a la retirada de los conos y a la rehabilitación de las plataformas de los nidos para la seguridad y el confort de estas aves. Para ello se utilizan ramas y planchas de musgo, reconstruyéndolos si están en muy mal estado o ubicándolos en otro lugar si el sitio en el que se encuentran no se considera adecuado.
Visitas periódicas de los agentes forestales
Desde el mes de marzo hasta octubre, los agentes forestales realizan visitas periódicas para hacer el seguimiento, reflejando en un informe la llegada de los primeros adultos, el cortejo, el inicio de la incubación, el momento del nacimiento de los pollos, sus primeros vuelos y la emancipación.
En el mes de julio, estos profesionales trepan hasta los nidos para recoger a las crías, a las que se les colocan en las patas unos emisores GSM (Global System for Mobile) para conseguir datos que ayuden a seguir sus rutas migratorias, los lugares donde se alimentan y las posibles causas de su muerte. Asimismo, se instalan cámaras de foto trampeo en las proximidades para el control de la dieta de los pollos durante el período reproductivo.
Los técnicos del programa, además, trasladan peces de piscifactorías a las charcas cercanas a las cigüeñas, para que dispongan de comida suficiente, evitando que, ante la falta de alimento, se trasladen a otros territorios.
57 zonas potenciales para la cría
Estos últimos años han sido muy positivos para esta especie en la región. La pasada primavera se observaron cerca de 57 territorios potenciales para la cría, en el área de la sierra, tanto piedemonte como algunos lugares en las rampas, localizándose un total de nueve con presencia, cinco reproductores y 13 pollos volados.
Una vez detectados, se realiza un seguimiento exhaustivo mediante cámaras para evitar problemas y favorecer que el proceso reproductivo se realice adecuadamente. Los nidos se ubican en zonas alejadas de núcleos urbanos o lugares transitados, la mayor parte dentro de fincas particulares cuyos propietarios colaboran con el seguimiento y protección de esta ave tan amenazada y emblemática.