Si los gatos reinan en las redes sociales se debe en gran medida a sus curiosos comportamientos. Por ejemplo, los que poseen ante la hierba gatera (Nepeta cataria) y la vid plateada (Actinidia polygama), plantas que emiten unas sustancias químicas (iridoides) capaces de repeler a los insectos y que producen efectos psicotrópicos en estos felinos.
Según informa Edgar Hans Cano, de la Agencia SINC, en una reciente investigación publicada en la revista iScience, investigadores japoneses han observado cómo estos animales, al dañar estas plantas mediante mordiscos, frotes o rodamientos, provocan la liberación de mayor cantidad de dicho insecticida natural. De esta forma, se protegen de las plagas al incorporar iridoides a su pelaje.
Tras la pista del olor
Los investigadores observaron que las hojas de vid arrugadas y rasgadas por los felinos presentaban un olor aromático mucho más fuerte que el de las hojas intactas. Así, midieron la emisión en el aire y los perfiles químicos de los iridoides (como nepetalactol, dihidronepetalactona e isoiridomirmecina) antes y después de que estos masticaran las hojas.
Con los datos en mano, se dieron cuenta de que el daño físico recibido por la planta provocó que la secreción de este insecticida fuera diez veces mayor. No solo eso, sino que las sustancias químicas aumentaron y disminuyeron después de que las plantas fueran atacadas.
Por ejemplo, el nepetalactol pasó de representar más del 90 % de los iridoides al 45 % en las hojas dañadas. Estos cambios en la composición de dichas sustancias tuvieron un efecto inesperado para los autores: prolongaron el efecto que estas plantas producen en los gatos.
Paralelamente, para probar si los felinos reaccionaban específicamente a los iridoides, se les dio platos con nepetalactona y nepetalactol puros.
Dudas por resolver
A continuación, el experto y su equipo quieren entender qué gen o genes son responsables de la reacción de los gatos a la hierba gatera y la vid plateada y porqué algunos de ellos no responden a estas plantas.
Estas plantas están activas desde abril hasta noviembre, por lo que puede haber una correlación entre su presencia y el número de plagas de insectos activas.
