Se han detectado en los últimos 4 años 3 desplazamientos de linces ibéricos entre el Doñana y el Vale do Guadiana en Portugal. Los expertos creen que la frecuencia de estos desplazamientos va a ir en aumento, ya que la población portuguesa se encuentra en pleno proceso de formación y crecimiento, y estos “primeros exploradores” ya han marcado el camino.
En mayo de 2013, un lince ibérico fue fotografiado en la localidad portuguesa de Vila Nova de Milfontes, en la costa vicentina. Se trataba del macho conocido como «Hongo», nacido en la población de Doñana a más de 250 km en línea recta del municipio portugués.
El 5 de mayo de 2016, un lince ibérico con mala condición física fue capturado para chequeo sanitario en un finca de Gibraleón (Huelva). Se trataba del macho «Litio», liberado un año antes en la localidad portuguesa de Mértola, en el área de reintroducción del Vale do Guadiana.
El pasado día 6 de abril de 2017 ha vuelto a suceder. Una cámara trampa situada a orillas del Guadiana en el Baixo Alentejo portugués ha fotografiado el paso de un lince ibérico desconocido en la nueva población portuguesa. Se trataba de «Mundo», un macho de Doñana nacido en el municipio sevillano de La Puebla del Río.
Los menos de 100 km en línea recta que separan las poblaciones de linces de Doñana y Vale do Guadiana no parecen ser un obstáculo insalvable para la especie, y ya son 3 los desplazamientos detectados en los últimos 4 años. Es esperable que la frecuencia de estas dispersiones aumente, ya que la población portuguesa se encuentra en pleno proceso de formación y crecimiento; y por otro lado el camino ya debe estar señalizado, la «ruta olorosa»entre ambos lugares ya ha sido creada por estos primeros linces viajeros, facilitando su localización a futuros dispersantes.
La conectividad de estas dos áreas de presencia resulta ser una sorpresa muy gratificante para la gestión de la especie, ya que puede generar un refuerzo genético natural y recíproco para las dos poblaciones.