Un estudio destaca que los docentes españoles consideran que el ciberacoso es el mayor riesgo asociado al uso de los teléfonos móviles por parte de los adolescentes. A pesar de ello, casi el 90 % de los profesores cree que los móviles pueden ser una herramienta educativa de utilidad si se emplea apropiadamente en las aulas.
El ciberacoso se define como una conducta agresiva e intencional que se repite de forma frecuente en el tiempo mediante el uso por parte de un individuo (o grupo), de dispositivos electrónicos sobre una víctima que no puede defenderse por sí misma fácilmente. Y esta práctica es, para el 95% de los docentes, la principal preocupación en relación con el uso del móvil en las aulas por parte de los adolescentes. Así lo señala un estudio en el que ha participado la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Una tendencia en auge
Existen diversos estudios que constatan que el ciberacoso ha crecido en los últimos años y que, a diferencia de lo que sucedía en la era previa a internet en la que el hostigamiento cesaba fuera del centro escolar o en el entorno familiar de la víctima, en la era móvil el acoso también crece en continuidad ya que es ubicuo en el espacio y en el tiempo.
Conscientes de esa situación, el 95% de los profesores encuestados por los investigadores, señaló que el acoso a través del móvil o internet era su principal preocupación en relación al uso de los dispositivos en las aulas y por parte de los adolescentes.
“Esta percepción del ciberacoso como el principal riesgo asociado al uso del móvil en los centros educativos es algo que llama poderosamente la atención, ya que difiere de las conclusiones que se obtenían en estudios previos desarrollados en otros países”, explica Bernardo Tabuenca del Departamento de Sistemas Informáticos de la Escuela Técnica Superior de Sistemas Informáticos de la UPM y uno de los autores.
“Por primera vez, los riesgos asociados a las distracciones de los adolescentes, la sobreexposición a internet o el dejar de lado actividades más tradicionales como la lectura y la expresión artística, quedan relegados a un segundo plano frente al riesgo de que el smartphone se pueda emplear para hostigar a sus compañeros, lo que pone de manifiesto la magnitud de este problema y la concienciación existente por parte del profesorado”, explica el investigador.
¿A qué edad se recomienda tener el primer móvil?
A la pregunta de a qué edad se considera que sería adecuado que los adolescentes empezasen a hacer uso del móvil los profesores también lo tienen claro: los menores no deberían tener un smartphone antes de los 14 años. “Se trata de una apreciación que contrasta con la realidad ya que según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 51% de los niños españoles de 11 años dispone de un móvil con conexión a internet”, asegura el investigador.
Aunque la mayoría de los docentes coinciden en que limitar el uso del móvil en los centros educativos es básico para luchar contra el ciberacoso, las opiniones sobre quién debe establecer las medidas difieren. “El 92% de los centros consultados dispone de restricciones en cuanto al uso de móviles, pero no existe consenso sobre qué organismo debería regular su uso. Así, la mayoría de los docentes participantes en este estudio (50,75%) consideran que debe ser cada centro quien regule su utilización, aunque un 26,12% tiene una visión más generalista y considera que estas actuaciones debe regularlas el Ministerio de Educación”, explica Tabuenca.
Buena herramienta educativa
El estudio, en el que participan también investigadores de las Universidad de Alcalá y la Universidad Internacional de La Rioja analiza también a través de las encuestas realizadas a un total de 132 docentes de toda España la predisposición de los profesores a utilizar el móvil como herramienta educativa.
“Nos parece muy significativo que en torno al 90% de los docentes considera que el uso de un smartphone puede tener ventajas para el aprendizaje por parte de los menores”, comenta Tabuenca.
Por aplicaciones, los juegos son la herramienta considerada más eficaz para promover la adquisición de conocimientos: “La gamification consiste en la introducción de recompensas y penalizaciones mediante juegos que pretenden divertir a los alumnos a la vez que les motiva a realizar acciones orientadas a la consecución del aprendizaje”, añade el investigador.
Las redes sociales son un elemento de comunicación frecuente entre estudiantes y por ello, los investigadores analizaron también cuáles serán las favoritas de los docentes de cara a comunicarse con los alumnos.
Contenidos lúdicos multimedia
“En la actualidad, las sesiones lectivas tradicionales se acompañan ocasionalmente de contenidos multimedia. Por esta razón YouTube con el 79% de docentes a favor de su uso, y Pinterest. Tuenti, Instagram, Facebook y WhatsApp fueron las peor valoradas ya que los profesores pasan muchas horas cara a cara con el alumnado y quizás no sea necesario suplantar esta comunicación con otra menos directa y que pueda llevar a ambigüedades”, comenta.
Finalmente en cuanto al uso del móvil durante la actividad docente, la mayoría de los profesores están predispuestos a utilizar dispositivos propios o corporativos como herramienta para tutorizar a los alumnos. No obstante, con independencia del dispositivo móvil que se utilice, la opción más popularmente aceptada es que el móvil se utilice exclusivamente en horario laboral y periodo lectivo.
“La importancia de este trabajo radica en que identifica algunas claves sobre el uso que se hace del smartphone con fines educativos en la era móvil, cuál es la predisposición docente a utilizar móviles propios y redes sociales como herramienta de tutorización, qué amenazas y ventajas se identifican de su uso, qué regulación existe actualmente con respecto al uso del móvil en los centros educativos y qué edad se considera apropiada”, concluye el investigador.