La dieta mediterránea es la base sobre la que se sustenta la alimentación de esta zona del planeta, aunque cada país tiene sus propios platos típicos elaborados con distintos ingredientes como los aceites o lácteos, los tipos de grano es uno de los que más variantes tiene.
La dieta mediterránea es un estilo de vida que combina ingredientes de la agricultura y propiedades culinarias de cada región, donde predominan ingredientes como el aceite de oliva, alimentos de origen vegetal, productos lácteos, pan y cereales, etc.
Pero una de las cosas también muy importante es la diversidad de granos. La ciencia ha encontrado en ella grandes beneficios, desde una mayor longevidad hasta una incidencia menor de enfermedades coronarias, por lo que se trata de un excelente modelo de vida saludable.
Prácticamente todas las naciones de la cuenca mediterránea cocinan diversos tipos de granos. Algunos de los cuales son:
– El trigo integral: la zona de Cerdeña siempre se ha caracterizado por una dieta compuesta por pan de grano entero, legumbres, hortalizas y frutas. Además, en la zona del norte de África, el trigo integral se ha disfrutado tradicionalmente en forma de cuscús.
– La cebada: es propia de Túnez, país en el que se cuece en un pan de cebada. Grecia es otro de los lugares en los que es típico su consumo en forma de panes duros llamados bizcochos que se comen en ensaladas puramente mediterráneas con aceite de oliva, tomate y queso.
– Maíz: la harina de maíz de grano se transforma a lo largo de todo el Mediterráneo en pan de maíz dulce y en platos como las calientes gachas, que reciben el nombre de polenta en Italia y de kachamak en Turquía.
– Mijo: aunque este grano entero se encuentra en la actualidad más ligado a Asia, fue uno de los primeros que se consumieron en el Mediterráneo. En Italia es común la elaboración del migliaccio, un postre en forma de torta que es típico del carnaval napolitano.
– Farro: se trata del primer trigo cultivado por el hombre hace más de 12.000 años y fue utilizado en la antigua Grecia y Roma para elaborar el pan. Una de sus elaboraciones más comunes en la actualidad es la sopa de farro, propia de la Toscana italiana y compuesta de farro, judías, tomate, cebolla, jamón y ajo. También se utiliza para pasta fresca, ya que resulta más aromática que la que contiene harina de trigo.
– Bulgur: es el grano de trigo cocido a medias y seguidamente secado y agrietado. Propio de Oriente Medio y el norte de África, supone la base de guisos como el cocido o ensaladas, y generalmente se encuentra remojado en agua. En Turquía se utiliza en la elaboración de los pilafs.
– Arroz: Este cereal, el segundo más producido tras la cebada, se cultiva en gran parte del mundo y es un alimento básico en culturas como la asiática. Sin embargo, son célebres las paellas y arroces españoles y el risotto italiano.
Existen más granos enteros distribuidos por todo el Mediterráneo, como el centeno o el trigo sarraceno aunque su uso es mucho menos que los anteriores.
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