En las últimas décadas la práctica del Mindfulness se ha ido incrementando debido a los efectos benéficos que genera a nivel físico y psico-social. Son numerosas las investigaciones que demuestran los resultados saludables que se pueden obtener como consecuencia de practicarlo.
Mindfulness se traduce al español como “atención plena” o “conciencia plena”, y describe un estado de la mente que se caracteriza por observar el momento presente con imparcialidad, sin juzgar. Significa poder ser concientes de lo que hacemos mientras lo estamos haciendo, rompiendo los automatismos y teniendo la capacidad para pensar y actuar según todas las posibilidades de las que disponemos.
El ejercicio de esta habilidad es introducido por Jon Kabat-Zinn (Médico y Biólogo Molecular) a partir de 1979 en la Universidad de Massachusetts, y puede considerársele una herencia de la tradición budista que actualmente es utilizada por la psicología y la medicina occidental como técnica de control del estrés y para el tratamiento de diversos trastornos psicológicos. Kabat-Zinn define al Mindfulness como la toma de conciencia no prejuiciosa, centrada en el presente y en cada momento, en donde cada pensamiento, sentimiento o sensación que aparece en el campo atencional es tenido en cuenta y aceptado tal cual es.
Ser plenamente concientes es disponer de la voluntad para dirigir la atención hacia aquello que estoy experimentando en este momento, es estar presente deliberadamente, evitando que mis propios pensamientos y emociones restrinjan mi campo de posibilidades. Estar presentes nos abre a un estado de aproximación que facilita el afrontamiento de lo que nos toca vivir. Practicar Mindfulness no es tomar una actitud pasiva hacia la vida, como muchas veces puede malinterpretarse, meditar es el arte de comprometerse con lo que estamos viviendo aquí y ahora.
Beneficios
Las investigaciones y las neurociencias demuestran que la práctica de Mindfulness conciencia plena- puede ser positiva para diversas problemáticas (ansiedad, depresión, estrés, trastornos de alimentación, dolor crónico, etc.), como así también fundamental para crear rutinas de vida saludables, incrementando la experiencia de emociones positivas y el bienestar físico y psicológico.
Práctica
La presencia o la capacidad para estar presentes se puede aprender mediante la práctica y los resultados positivos suelen ser duraderos cuando se logran internalizar esos aprendizajes. Las herramientas que podemos apropiarnos para cultivar la conciencia plena nos facilitarán el camino para entrenar nuestra mente, o mejor dicho, “des-entrenarla” de los automatismos que muchas veces nos traen perturbación emocional.
Tanto las tradiciones orientales milenarias como las investigaciones realizadas por la ciencia occidental, sugieren que la práctica de la conciencia plena puede efectuarse de muchas maneras y en diversos momentos. Sentados, caminando, mientras comemos, al levantarnos, antes de ir a dormir, o en cualquier otra ocasión, podemos enfocar nuestra mente y concentrarnos en el momento presente, tratando de percibir las cosas tal cual son, dejando de lado los hábitos mentales que tienden a clasificar, encasillar, etiquetar o juzgar constantemente nuestra experiencia.
