Greenpeace y apicultores de diferentes Comunidades Autónomas denuncian que las muertes masivas de abejas se están produciendo como consecuencia del uso de plaguicidas para la fumigación de los árboles de floración temprana.
Cajas llenas de abejas muertas y colmenas sin prácticamente actividad es lo que se han encontrado durante las dos últimas semanas los apicultores de diferentes comunidades autónomas españolas. Los insectos polinizadores se están muriendo a cientos, por lo que Greenpeace, junto a la Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola (apiADS) de la Comunidad Valenciana y la Asociación de de Apicultores de la Región de Murcia denuncian que estas mortandades están coincidiendo precisamente con fumigación de los árboles de floración temprana, mayoritariamente nectarinos y melocotoneros.
Incumplimiento de la normativa de Plagas
Desde el 1 de enero de 2014 todas las explotaciones de la UE tienen que cumplir con los principios de la Gestión Integrada de Plagas que indican que se debe dar prioridad siempre a los métodos no químicos para luchar contra las plagas con el objetivo de proteger el medio ambiente y la salud humana. Por otra lado, desde la autoridades autonómicas se emiten avisos para que no se usen productos fitosanitarios durante la floración.
Sin embargo, el interés de vender este tipo de productos por los grandes fabricantes y las casas comerciales, un mal asesoramiento al sector agrícola y un escaso o nulo control por parte de las autoridades locales originan estos episodios de mortandad. ApiADS viene haciendo estudios de mortandad de abejas desde hace cinco años y todos los años los resultados confirman el uso indiscriminado de plaguicidas muy peligrosos para las abejas durante la floración.
Valencia, Andalucía y Murcia: ciudades con una alta mortandad de abejas.
“Esto es solo el aperitivo” ha predecido Enrique Simó, apicultor y veterinario de la apiADS “en estas dos semanas se pueden haber muerto unas 225.000 abejas de mis 50 colmenas, lo que supone el 50% de la población adulta, pero cuando empiece la floración de los cítricos caerán como hojas en el otoño. Muchos compañeros huyen de Valencia con sus colmenas cuando empieza la floración de los cítricos” ha concluido.
Esta situación se repite cada año también en Murcia. Carlos Zafra, veterinario de la Asociación de Apicultores de esa región ha afirmado que las mortandades se suceden “con total impunidad. Impunidad para los que aplican este tipo de productos que diezman a las abejas, pero sobretodo para aquellos que los siguen produciendo y vendiendo”.
También en Andalucía se han registrado mortandades puntuales de abejas en algunos colmenares debido a la aplicación de insecticidas durante la floración de los melocotoneros.
Soluciones que propone Greenpeace
“Cuando vemos esta masacre de abejas se nos rompe el corazón”, ha afirmado Luís Ferreirim responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace España. “Aquí no se puede negar la evidencia y esto es solo la parte visible del problema. Las abejas y otros insectos polinizadores se están muriendo y son los plaguicidas utilizados en la agricultura industrial lo que las está matando”, ha concluido.
En primer lugar, Greenpeace defiende que las autoridades competentes deben extremar los controles para que no se sigan aplicando estos productos. En segundo lugar se debe poner en marcha un plan de acción integral para salvar a las abejas y otros insectos polinizadores que contemple un calendario claro para la eliminación de los productos peligrosos para las abejas, empezando por los más dañinos (en España están autorizados más de 300 insecticidas en cuya ficha de registro indica que son peligrosos, incluso algunos muy peligrosos, para las abejas). Por último, se debe apostar decididamente por la agricultura ecológica, la única solución de futuro.
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