Se trata de un chip que genera números aleatorios y que podría ofrecer las claves de cifrado más seguras del mundo al basar su funcionamiento en procesos de mecánica cuántica.
Cada día hay más gente que compra por Internet todo tipo de productos, desde móviles hasta comida. Sin embargo, no todo el mundo se queda tranquilo cuando tiene que poner su número de cuenta bancaria. Lo mismo ocurre cuando sacamos efectivo de un cajero automático. Cuando ponemos el número secreto, a veces nos entra intranquilidad de pensar que alguien pudiera robarnos nuestro dinero.
La clave para proteger nuestra seguridad en estas situaciones son los generadores de números aleatorios. Con estos algoritmos informáticos se transforman los datos más sensibles en un mensaje indescifrable para quien no cuente con las instrucciones para saber leer esa información. Esa sería la base del proceso de encriptación, sin embargo, tiene vacíos: si el procedimiento para lanzar los dados de forma virtual repite algún patrón, los hackers pueden reconocerlo y fabricar la llave para acceder a nuestros secretos.
Por ello, un grupo internacional de ingenieros del Instituto de Ciencias Fotónicas, VLC Photonics, la Universidad Politécnica de Valencia, el Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados y el Politécnico de Milán (Italia), han desarrollado un chip que genera números aleatorios que podría ofrecer las claves de cifrado más seguras del mundo al basar su funcionamiento en procesos de mecánica cuántica. Además, es tan veloz y pequeño -inferior a un céntimo de euro- que podría instalarse en el futuro en ordenadores, tabletas y teléfonos móviles.
El trabajo se ha publicado en la revista Optica. El objetivo de la creación de este chip es poner freno a situaciones como, por ejemplo, las filtraciones de fotos en la red que algunos famosos -sobre todo mujeres- han sufrido.
Características del chip
Es el dispositivo más pequeño de su categoría -aunque no el primero-, el más seguro y, sobre todo, el más rápido. Procesa información a velocidades del orden de gigabits por segundo; es tan veloz que la encriptación puede llevarse a cabo en tiempo real y, así, proteger el contenido de llamadas telefónicas o de vídeo. También, es capaz de codificar grandes cantidades de información como las que manejan las redes sociales.
Sus creadores también aseguran que podría ser útil para llevar a cabo las complejas simulaciones que necesitan los científicos para estudiar procesos aleatorios como las interacciones biológicas o las reacciones nucleares.
