Guardias Civiles pertenecientes al Sector de Tráfico de Madrid, en el marco de los distintos dispositivos, que se realizan de forma habitual en la Red Secundaria de Carreteras de la Comunidad de Madrid, detectaban un vehículo, Lamborghini Huracán, que circulaba a 228 km/h por la carretera M-111, la cual está limitada a 100 km/h.
El vehículo fue interceptado, cuando un equipo de radar perteneciente al Sector de Tráfico de Madrid, realizaba, de madrugada, un punto de verificación de velocidad en la carretera M-111, kilómetro 18,200.
A continuación los agentes procedieron a dar el alto al vehículo infractor, un, ocupado por una única persona, un varón de nacionalidad española y de 22 años, residente en Uceda (Guadalajara) resultando negativas las pruebas de detección de alcohol y drogas. Careciendo de antecedentes.
Por tales hechos se procedió a la investigación del mismo, por un presunto delito contra la seguridad vial tipificado en el artículo 379, capítulo IV del Código Penal, al circular a 228 km/h en una vía cuya velocidad máxima permitida es 100 km/h.
Podría ser condenado a una pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir por tiempo superior a uno y hasta cuatro años
Una lacra social aceptada en esta comarca…
En esta ocasión los hechos no desembocaron en ninguna tragedia, pero son multitud de ocasiones las que otros inocentes pagan con su vida en un accidente de tráfico la estupidez de unos pocos, el orgullo paleto y caciquil de ver quien es el que la tiene más grande en términos de centímetros cúbicos en el motor. Una lacra social que acaba por llevarse la vida muchos jóvenes al volante en esta comarca, y de otros tantos inocentes.
