Los casos de gonorrera y sífilis se han duplicado en el último año en la Comunidad de Madrid, así lo señala el informe de Morbilidad por enfermedades de declaración obligatoria en la Comunidad de Madrid 2010.
Pero este incremento no es nuevo ya que desde 2000 se apunta un crecimiento significativo de estas enfermedades de transmisión sexual en la comunidad.
ElPais se ha hecho eco de este informe que señala que los casos de sífilis se han multiplicado en más de un 90% entre 2009 y 2010, cuando se detectaron 309 casos más en la región, mientras que los de gorronea se han multiplicado un 100%. Cifras preocupantes, ya que los casos se han multiplicado de manera muy significativa.
La mayoría de los infectados son hombres, especialmente jóvenes, un 90% infectado de gonorrea y un 78% de sífilis. Y por nacionalidades los más afectados son los españoles (54%) seguidos de los latinoamericanos (29%), africanos (9%) y el resto de otros países de Europa.
Ambas enfermedades se pueden contagiar por contacto sexual, por contacto de la piel con la ligera secreción que generan los chancros o por contacto con los clavos sifilíticos de la persona enferma: al realizar sexo oral sin preservativo al besar una boca con chancros , por compartir jeringas, o puede ser transmitida de la madre al hijo a través de la placenta o a través del canal de parto.
Los principales síntomas de la gonorrea en la mujer son: aumento de las secreciones vaginales, hemorragias entre los períodos menstruales y dolor abdominal; y en los hombres secreciones uretrales inusuales y dolor al orinar, y en el peor de los casos al no ser tratada esta enfermedad podría provocar esterilidad.
En el caso de la sífilis la enfermedad pasa por varias etapas: en un principio suele causar una llaga única, pequeña e indolora; luego aparecen erupciones en la piel y lesiones en las membranas mucosas, que por lo general no produce picazón; y posteriormente puede afectar órganos internos. Si no se trata puede causar graves daños, hasta la muerte.
La principal causa de este incremento de ambas enfermedades de transmisión sexual es que ha decrecido el miedo al contagio del sida, y a la emfermedad en sí misma, ya que se considera una dolencia crónica.