Este sábado 23 de noviembre se subirán al escenario del Auditorio Municipal de Colmenar Viejo el elenco de actores que representan la obra ‘Señor Ruiseñor’ a las 20:00 horas.

En su estudio-museo, Santiago Rusiñol pinta La morfina. Es una pintura muy significativa en su obra ya que él mismo fue adicto a esta droga. El efecto estupefaciente le sitúa ante la irrupción de unas huestes destructivas que deshacen su casa-museo. Sus objetos, pinturas y obras literarias son arrinconados o destruidos. El enfrentamiento y los conflictos se suceden con ferocidad, sarcasmo y humor. Rusiñol defiende unas formas de vida que se resisten a desaparecer ante el asalto de lo que considera la barbarie. Sin embargo, las dudas surgen muy pronto.
¿Se trata del auténtico Rusiñol o de un guía –reubicado en espera de la jubilación– que actúa en la visita teatralizada del museo? ¿Es simplemente el conflicto laboral de un empleado cuyo desequilibrio le ha llevado a creerse el personaje y se resiste a cambiarlo ante la imposición de nuevos héroes y mitos revolucionarios? En cualquier caso, es la cruel realidad actual confrontada a lo que fue esta sociedad en el pasado. Una sociedad de ciudadanos holgados y juiciosos a orillas del Mediterráneo.
Un jardinero de Parques y Jardines debe dejar el trabajo por culpa del reuma y le ubican en el Museo Rusiñol donde hará de Rusiñol presentando las visitas teatralizadas del Museo. Pero al cabo de un tiempo, cuando él se ha enamorado del pintor, deciden transformar el Museo Rusiñol en el Museo de la Identidad. A partir de aquí se crea un conflicto entre los dos mundos: el de Rusiñol y el de los que defienden la identidad, a los que llamamos bárbaros. La obra es una reivindicación del arte como patria universal, a partir de Rusiñol, contra las patrias identitarias.