La Navidad es sinónimo de compras y según el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría (ASEPP), el doctor José Antonio López Rodríguez entre un 10 y 15% de la población comprará compulsivamente estas navidades.
“El consumismo de la sociedad moderna, que se agudiza aun más en Navidad, y la insatisfacción que se percibe en general están favoreciendo que cada vez sean más frecuentes los casos de compradores compulsivos» señala López en Europa Press.
Este experto explica que, durante esos días o semanas, «son muchos los ciudadanos que adquieren objetos que no han comprado en la temporada por su precio». «Sin embargo, para un comprador compulsivo es diferente. Tienen una dependencia, una necesidad de comprar superior a su voluntad y son incapaces de controlarse, de igual forma que un alcohólico o un drogadicto. Quieren dejar de fumar, beber o comprar pero no pueden. El comprador compulsivo, además, no respeta períodos», concreta.
80% son mujeres
Este tipo de conducta responde a una insatisfacción y desilusión en general y/o está asociada a un cuadro de ansiedad o problemas de adaptación. En el 80% de los casos son mujeres, muchas de ellas amas de casa de entre 40 y 60 años, que han perdido la motivación por los hijos que ya han abandonado el hogar y suelen padecer un trastorno obsesivo.
Otros perfiles son los de trabajadoras con alto nivel de estrés para las que comprar el fin de semana se convierte en su válvula de escape, y adolescentes, en torno a los 17 años, con un nivel socioeconómico medio-alto con dificultades de adaptación, que pueden haber sufrido trastornos de personalidad o algún episodio depresivo moderado o un trastorno de la alimentación.
«Las compras van precedidas de un deseo irresistible, acompañado de una gran tensión interna que sólo se alivia con la compra«, indica el vicepresidente de la ASEPP. Estos episodios se pueden llegar a reproducir varios días a la semana «y la personas afectadas tienden a ocultarlo», puntualiza.
En esta ocultación, prosigue, reside uno de los graves problemas de este trastorno de la impulsividad: la dificultad para detectarlo y poder tratarlo de forma adecuada. «Los compradores compulsivos no reconocen el problema y, por tanto, no solicitan ni buscan ayuda de forma voluntaria. En la consulta de Psiquiatría solemos ver los casos más graves a los que han obligado a ir su familia o pareja», señala este experto.
Se estima que el 60% de los casos puede hacerse crónico. Con todo, el vicepresidente de la ASEPP, aconseja acudir al médico en el momento en que no se puede controlar el impulso y es más fuerte que le voluntad.
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