Investigadores españoles han analizado los efectos de la suplementación con vitamina D sobre los valores hematológicos y la recuperación muscular en remeros de élite, y han comprobado que se obtienen beneficios en el metabolismo del hierro, crucial en el rendimiento deportivo.
Diversos estudios han constatado la existencia de un déficit en los niveles de vitamina D en sangre en la población en general, pese a que este componente es fundamental para los músculos, los huesos o el sistema inmunitario, y su carencia puede comprometer la salud.
Mejora de la fuerza y resistencia
Esta deficiencia es aún más común entre los deportistas y constituye un problema relevante ya que puede afectar negativamente al rendimiento físico y a la recuperación posterior del atleta. Al mismo tiempo, la comunidad científica ha constatado que unos niveles óptimos de vitamina D mejorarían aspectos como la fuerza, la potencia, la resistencia o la capacidad aeróbica.
Con el fin de obtener un mayor conocimiento sobre los efectos positivos de la vitamina D en el deportista, investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa) en el Campus de Soria, la Universidad del País Vasco, Elikaesport y la Universidad de Deusto analizaron los efectos de una suplementación pautada de vitamina D sobre los valores hematológicos y la recuperación muscular en remeros de élite.
“La suplementación con vitamina D puede favorecer el estado del metabolismo del hierro, tan importante en el rendimiento deportivo, y también los niveles de dos hormonas, la testosterona y el cortisol, como indicadores de la recuperación muscular del deportista”, explica el investigador Juan Mielgo Ayuso, primer autor del trabajo publicado en la revista Nutrients.
Un experimento con 36 remeros de élite
El equipo realizó un estudio doble ciego en una muestra de 36 deportistas de élite que compiten en la máxima categoría de remo. Al grupo experimental, compuesto por 18 remeros, se les suministró 3.000 unidades internacionales de vitamina D durante ocho semanas, mientras que al grupo control, formado por otros 18 remeros, se les administró un placebo.
Los deportistas se sometieron a un análisis de sangre al inicio del estudio y después de las ocho semanas de tratamiento, para monitorizar sus valores hematológicos y hormonales. Para evitar sesgos en la medida de lo posible, también se controló su dieta y la radiación solar que recibían, ya que el Sol es nuestra principal fuente de vitamina D.
Los resultados demostraron que 3.000 unidades internacionales de vitamina D durante un periodo de ocho semanas ajusta la concentración de vitamina D al rango óptimo de entre 30 y 100 nanogramos por mililitro y que los beneficios deportivos óptimos se producen en niveles por encima de la definición actual de suficiencia, es decir a más de 30 nanogramos por mililitro, no habiendo mayor beneficio a partir de 50 nanogramos.
“Vimos que la suplementación con vitamina D en los deportistas que presentan déficit puede mejorar el perfil del hierro, que tiene una gran influencia en el rendimiento deportivo. En cambio, observamos que la suplementación no tenía ninguna relación con los niveles de recuperación física medidos a partir de la testosterona y el cortisol”, detalla el investigador, quien subraya la novedad del trabajo, ya que anteriormente no se había estudiado la influencia de la vitamina D en el perfil de hierro.