Madrid inicia una investigación sobre la elaboración de vinos de baja graduación por reducción parcial o total de alcohol para atraer a nuevos consumidores.
Se ha creado una investigación acerca de la elaboración de vinos de baja graduación por reducción parcial o total de alcohol por parte de la Comunidad de Madrid para satisfacer la demanda y a petición de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, atraer nuevos consumidores.
Enrique Ruiz Escudero, viceconsejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, explicó que la finalidad de esta investigación consiste en conseguir vinos de baja graduación pero englobados dentro de la D.O. Vinos de Madrid. “Esto implica que no podemos hablar de vinos ‘cero cero’ ya que la graduación mínima que deben presentar es de 8 grados”, afirmó. Junto al consejero estaba la directora gerente del encargado de llevar la investigación, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), Cristina Álvarez, la Bodega Experimental de la finca El Encín.
Estudio
El estudio se desarrollará en los próximos cuatro años, está trabajando con Airén y Malvasía. Se utilizarán levaduras que producen menor graduación de alcohol a partir del mismo contenido en azúcar y variedades de uva con menor grado alcohólico pero que tengan más aromas y contenido polifenólico. Se estudiará un proceso de desalcoholización de forma que no afecte al equilibrio entre el aroma y la acidez. Ruiz Escudero destacó que “la estrecha colaboración que mantenemos con la D.O. resulta esencial para la permanente mejora de la calidad de los vinos madrileños y para conseguir que resulten cada vez más saludables y apreciados por los consumidores”.
Según el consejero, “este novedoso proyecto será un hito de cara a atraer nuevos consumidores. Sólo manteniendo la investigación será posible optimizar la calidad de las producciones, permitiendo a los caldos madrileños diferenciarse de la oferta existente y garantizar sostenibilidad económica y ambiental a medio y largo plazo”.
El Ejecutivo autonómico mejora la calidad y competitividad de los vinos madrileños, y de todo el sector agroalimentario a través de sus proyectos de investigación. La actividad investigadora desempeñada por la Comunidad de Madrid, a través de entidades como el IMIDRA, constituye un elemento clave para el proceso de transferencia de tecnología al conjunto de todas las bodegas de las existentes en la región.
El “Efecto Parker”
El “Efecto Parker” está motivado por las puntuaciones más altas que el crítico de vinos estadounidense Robert Parker dio a los vinos tintos con mayor cantidad de contenido polifenólico y aromas afrutados. Por ello, vinos de La Ribera del Duero o el Priorato están entre los más famosos del mundo, mientras que en los años 60 éstos eran denostados por su aspereza y alto grado alcohólico. Ello ha ocasionado un aumento del contenido de alcohol en los vinos tintos, que han pasado de los 12,5-13,5º a los 14,5-15º. Este incremento se produce porque para conseguir una madurez polifenólica de varietales tintos en zonas más áridas, es necesario vendimiar la uva más tarde, los contenidos de azúcar aumentan y desciende mucho la acidez.
Vinos de baja graduación
Las tendencias de consumo se orientan cada vez más por productos de menor graduación alcohólica y en los procesos de exportación, los vinos con mayor graduación sufren otra dificultad ya que por encima de los 14º son gravados con mayores impuestos. Ahora se demandan vinos de 12-12,5º, con aromas y color elevado y bebidas procedentes de la uva con graduaciones de menos de 5º de alcohol. Se lleva lo sano, y en ello los vinos se han puesto las pilas para no quedarse sin su habitual clientela.
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