El entorno industrial del Cannabis esta inmerso en una enorme maraña de permisos y prohibiciones. Las semillas de marihuana, las cremas hidratantes con cáñamo, el aceite de CBD, o la pastelería hecha con Cannabis, en todas sus vertientes esta en un limbo que deja a trabajadores y colaboradores en una zona alegal
Un ejemplo paradigmático lo protagonizan las asociaciones cannábicas. En Barcelona existen actualmente 159 asociaciones con una media de seis trabajadores cada una. En ellas se puede consumir marihuana, y todas ellas están instaladas en un vacío legal que no las beneficia en absoluto, al contrario de lo que muchos podrían pensar.
Estos trabajadores luchan por la creación de un convenio laboral (muchos están contratados como conserjes o administrativos, labores que no realizan) que vele por sus intereses y derechos. Este sector, que aglutina solo en Cataluña a unos tres mil trabajadores, puede crecer exponencialmente si las leyes siguen funcionando a favor de la despenalización. Como ejemplo, el pasado mes de mayo se aprobó un plan especial urbanístico para la ordenación territorial de clubes y asociaciones de consumidores de cannabis.
Esto es importante porque hasta ahora cuestiones como la cercanía a colegios o la distancia que debe separar un club de otro permanecían en un limbo que no convencía a nadie. Algo muy similar ocurre con los enfermos que deciden tratarse con cannabis medicinal, usuarios de estos clubes o consumidores no asociados. Mientras las leyes no sean claras y las fronteras estén muy bien definidas, estas personas en especial situación de vulnerabilidad se verán obligadas a moverse en el claroscuro de lo “alegal”.
Mucha investigación médica que cambiaría la vida a un enorme número de personas depende de que las leyes sean más o menos benévolas y permisivas y de que esas sustancias medicinales lleguen con total garantía y seguridad a los usuarios. Para que este camino hacia los consumidores sea claro y funcione, todo cuenta: desde trabajadores especializados y bien pagados hasta unas leyes que protejan a todos: estos elementos son absolutamente necesarios. La legislación en Cataluña puede ser pionera y sentar las bases jurídicas que otras comunidades o estados imitarán.
