Investigadores de EE UU han estudiado durante cinco años la forma en la que un paciente infectado por VIH activaba su sistema inmune produciendo anticuerpos neutralizantes del virus. El objetivo: obtener nuevas pistas sobre cómo activar la respuesta inmunitaria. Al mismo tiempo, han desarrollado un imitador sintético de envoltura externa del patógeno con potencial para inducir los anticuerpos mediante una vacuna.
Un equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke (EE UU) ha descubierto nuevas pistas sobre la respuesta inmunitaria humana frente al VIH. En dos estudios, publicados en el último número de la revista Science Translational Medicine, los científicos han descrito tanto la vía de desarrollo de anticuerpos protectores del VIH como un imitador sintético de la envoltura externa del VIH que tiene el potencial de inducir los anticuerpos mediante una vacuna.
«Uno de los objetivos para lograr una vacuna contra el VIH-1 es inducir anticuerpos neutralizantes en general», explica Barton F. Haynes, director de la investigación. «Y una estrategia para esta inducción es encontrar una manera de desarrollar una pequeña porción de la estructura de la envoltura que estos anticuerpos deseados reconocen, algo que ahora hemos demostrado que es posible», destaca.
En el trabajo, Haynes –que dirige el Instituto de Vacunación Humana (DHVI) en dicha universidad– y sus colegas rastrearon una serie de eventos que condujeron al desarrollo de anticuerpos neutralizantes en un hombre infectado por VIH a lo largo de cinco años.
Linajes de células B
Los investigadores descubrieron que el sistema inmunológico de este paciente respondía al virus con esfuerzos inusuales y cooperativos entre diferentes linajes de células B para inducir anticuerpos ampliamente neutralizantes. El proceso de desarrollo de anticuerpos también implicó la adquisición de un cambio genético raro que resultó crítico para la actividad de anticuerpos protectores.
En un segundo artículo, publicado en la misma edición de Science Translational Medicine, un equipo del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, usó ese plan de acción para construir una molécula sintética que podría imitar la infección producida por el VIH. También probaron si la molécula podía inducir anticuerpos similares en la vacunación de un primate no humano.
Según explican los autores, el inmunógeno imita una región precisa del virus donde ciertos anticuerpos ampliamente neutralizantes se unen para generar un ataque inmune. “El inmunógeno sintético imita exactamente este sitio, y en estudios de vacunación de primates no humanos puede inducir anticuerpos en dicha región”, aseguran.
Los científicos de la Universidad de Duke señalan que el imitador sintético indujo anticuerpos dirigidos al sitio mucho más rápidamente de lo que se observó en la persona infectada por el VIH original.
Talón de Aquiles en la envoltura del virus
“Sabíamos ya que existía un talón de Aquiles en la envoltura del virus que podría ser atacado con el tipo correcto de anticuerpos», añade Haynes. «No hay solo un punto, sino varios. Y una vacuna eficaz tendría que apuntar a más de uno de ellos para asegurar que el sistema inmunológico está equipado con las armas que necesita para luchar contra el virus en todas sus mutaciones”, añade.
Un estudio previo del DHVI, publicado el 28 de febrero en Cell Reports, demostró la eficacia de una vacuna desarrollada con una envoltura de VIH en macacos. Los animales produjeron anticuerpos contra las moléculas de azúcar de la envoltura.
Los investigadores de este trabajo, dirigidos por Kevin O. Saunders, inmunizaron macacos durante un período de tres años y encontraron que, después de dicha inmunización, los primates produjeron anticuerpos protectores.
Haynes señala que los tres estudios apoyan el concepto del diseño de vacunas candidatas que imiten regiones críticas del VIH. En su opinión, el objetivo es combinar todos los múltiples componentes del VIH que produzcan anticuerpos protectores en una vacuna que podría ser probada en humanos.