La EMT ha formulado 60 preguntas sobre el autobús que sustituirá la Línea 1 de Metro ya que reclaman saber cómo deben ser esos autobuses. En el concurso no se recogen especificaciones sobre las características de accesibilidad, emisiones contaminantes o capacidad de los vehículos.
La Empresa Municipal de Transportes (EMT) ha formulado 60 preguntas de carácter técnico y administrativo para aclarar las indefiniciones que hay en el pliego de condiciones elaborado por Metro de Madrid para la contratación de un “Servicio de Transporte en autobús para los viajeros afectados por la suspensión en la línea 1 de Metro”. Esta batería de preguntas se ha remitido hoy a los servicios administrativos de contratación de la compañía metropolitana.
Desde la EMT se considera que el pliego carece de especificaciones técnicas concretas, relativas a la forma de prestar el servicio, e incorpora varios conceptos indeterminados que, a juicio de le empresa municipal, hacen inviable la presentación de una oferta para la prestación del servicio con una calidad adecuada de confort y seguridad para los usuarios del mismo.
«Las múltiples ausencias de precisión en el pliego “generan indefensión jurídica en las empresas que tengan interés en participar en este procedimiento. No parece un pliego elaborado cuidadosamente para garantizar unas condiciones de servicio definidas; parece más bien –ha añadido– fruto de la improvisación y premura que se reflejan en el hecho de que el concurso se ha tramitado de urgencia cuando Metro tenía conocimiento previo de la necesidad de prestar este servicio”, ha señalado el gerente de la EMT, Álvaro Fernández Heredia.
Indefinición sobre las características de los vehículos
Las principales dudas se suscitan en torno a los aspectos relacionados con los requisitos que debe cumplir la flota de autobuses para este servicio sustitutorio de la línea 1.
Fernández Heredia ha destacado otros aspectos dudosos y no suficientemente concretados en el pliego de Metro: “Por ejemplo, nos gustaría saber cómo se van a gestionar las paradas y terminales de la línea; cómo se va a controlar el funcionamiento de los autobuses y el acceso de viajeros; si los autobuses deben ser accesibles y si deben cumplir las especificaciones de emisiones contaminantes que rigen actualmente en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Madrid”, ha concluido.