Un análisis de ADN antiguo revela que los grupos de cazadores y los de agricultores unieron sus genes

En la historia de la humanidad, la transición de la caza y la recolecta a la agricultura supuso profundos cambios culturales y tecnológicos. Pero esta transición no solo fue cultural. Un nuevo estudio, que ha analizado ADN antiguo, revela que entre estos dos grupos no solo hubo intercambio de conocimientos, sino también de genes.  

Un equipo internacional de científicos, con participación de varios centros españoles, ha analizado las relaciones entre los cazadores-recolectores y agricultores en la cuenca baja del Danubio, un área intermedia en la que se produjo una rápida transición y en la que se han encontrado evidencias arqueológicas del intercambio culturas entre esas dos comunidades.

Los investigadores recuperaron tres antiguos genomas humanos de Rumanía de hace entre 8.800 y 5.400 años. También analizaron los genomas de dos mujeres cazadoras-recolectoras del Mesolítico procedentes de España: la mujer de Chan do Lindeiro, en Galicia –fallecida posiblemente al caer por una sima–, y la otra de Los Canes en Arriondas, Asturias –hallada en una compleja sepultura–.

Los resultados del análisis de este ADN antiguo revelan que en el área que ahora conocemos como Rumanía, cazadores-recolectores y agricultores convivieron, mezclándose unos con otros y teniendo hijos.

La pregunta sobre cómo se produjo esta transición ha sido un tema recurrente de debate entre científicos. El abandono de la caza y la recolección hacia la agricultura pudo ser impulsado por el movimiento de personas –como en Europa occidental– o de ideas –como ocurrió más al este en Letonia y Ucrania–.

Sin embargo, el trabajo demuestra que la relación entre cazadores y agricultores en la cuenca del Danubio pudo ser más compleja. El ADN analizado revela que los genomas rumanos de hace miles de años tenían ascendencia significativa de los cazadores-recolectores occidentales. Pero, también tuvieron una contribución menor aunque importante los agricultores de Anatolia, lo que sugiere múltiples mezclas entre cazadores-recolectores y agricultores. Un análisis de los huesos también confirmó que tenían una dieta variada.

En el caso de los genomas españoles, los haplogrupos mitocondriales pertenecen a uno muy antiguo en Europa, común entre las muestras de cazadores-recolectores europeos. “Con respecto a datos fenotípicos, Chan debía ser morena y de ojos marrones, mientras que la mujer de Los Canes 1 parece haber tenido color de pelo castaño y ojos azules”, detalla María Dolores Garralda, investigadora de la UCM.

Los científicos también estimaron la proporción de genes neandertales en todos estos fósiles españoles y rumanos, y sus valores se reparten de acuerdo con la mayor o menor antigüedad de cada uno de ellos. “Además, la intolerancia a la lactosa aparece claramente para todos los individuos de ambas regiones europeas, incluso en el rumano más reciente”, recalca Garralda.

Ahora, el siguiente paso de los investigadores es entender por qué las interacciones entre estas diferentes personas llevaron a resultados tan variados.

Angel Sánchez Carbonell
Angel Sánchez Carbonell
Ángel Sánchez Carbonell - Director de Crónica Norte. Desde hace 34 años dedicado profesionalmente a la información y entretenimiento (TVE, Onda Cero, Tele Cinco, COPE...) Pero ante todo: un enamorado de la geografía de la península Ibérica. Montañero y aficionado a la gastronomía y la enología. Cuando la vida me lo permite señalizo caminos naturales como Técnico de Senderos de la Escuela Española de Alta Montaña. (EEAM) Pero sobre todo me pierdo por ellos...

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