El alcalde, Manuel Ángel Fernández, inaugura oficialmente el próximo sábado, 28 de noviembre, la exposición ‘El Terno Rico y el Archivo Histórico Parroquial’ de la iglesia San Sebastián Mártir, que se encuentra en el museo etnográfico de El Caserón –Plaza de la Constitución, 1-.
Con motivo del V Centenario de la bendición de la Iglesia San Sebastián Mártir, y coincidiendo con la reciente rehabilitación del templo parroquial, se ha procedido a la restauración de ornamentos litúrgicos destinados para uso del sacerdote y adorno del altar, conservados desde el siglo XVI.
Con la financiación de la Fundación Cajamadrid y el apoyo del Ayuntamiento, la restauradora Isabel Iglesias Gallego y la historiadora Gloria Martínez Leiva han sacado a relucir un conjunto realmente excepcional. Finalizados dichos trabajos, se expone parte de dichas piezas desde el 30 de noviembre hasta el próximo 28 de febrero de 2010 en el Museo Etnográfico El Caserón.
Todo el conjunto sigue un diseño basado en una mesa de piedras duras elaborada en Florencia en 1624 que fue regalada por Innocenzo Massimo, nuncio papal en España, al rey Felipe IV en 1626, quién la destinó a la decoración del Salón Principal del Alcázar de Madrid y que ahora se encuentra en el Museo del Prado. Se basa en un diseño barroco con motivos florales y naturalistas de vivos colores, orlados con leones coronados.
Como remate de la exposición de ornamentos, se muestra el Estandarte de San Sebastián, datado hacia el siglo XVI, con una decoración renacentista con motivos “a candelieri”, y que constituye la pieza más antigua de la exposición, posiblemente procedente de la antigua Cofradía de San Sebastián.
Junto a dichas piezas, se muestra una pequeña selección de los libros del Archivo Histórico Parroquial, recientemente restaurados con el apoyo del Ayuntamiento, y que abarca un periodo comprendido entre 1543 y 1891. En él se encuentra completos los Libros Sacramentales, que registran bautismos, matrimonios y defunciones; los Libros de Fábrica que reflejan las obras realizadas en el templo, así como diversos inventarios y los Libros de Memorias y Capellanías que muestran la devoción popular. El libro más antiguo conservado es el primer Libro de Difuntos que abarca 1543 a 1575, seguido del primer Libro de Bautismos, de 1552 a 1578.