Se ha presentado el proyecto de la biblioteca del barrio San Fermín, en el distrito de Usera, elaborado por la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo en base al proyecto participativo en el que 400 personas, entre vecinos y técnicos municipales, han consensuado el trazado del edificio, la distribución de usos o el diseño de la fachada.
El acto, que ha tenido lugar en la sede del Ayuntamiento, ha contado con la presencia de la delegada de Cultura y Deportes, Celia Mayer; la directora general de Intervención en el Paisaje Urbano y el Patrimonio Cultural, Marisol Mena, y el presidente de la Asociación de Vecinos de San Fermín, Víctor Renes. En la sesión, Celia Mayer ha subrayado la importancia que tienen los procesos participativos en la nueva política cultural.
El trazado de la geometría del edificio, la distribución de usos y actividades dentro de la biblioteca, así como el diseño de sus fachadas y la definición de los usos culturales en el espacio libre de parcela han sido fruto del consenso entre los servicios técnicos municipales y el proceso de participación ciudadana. La directora de Intervención en el Paisaje Urbano y el Patrimonio Cultural, Marisol Mena, ha detallado las características del nuevo equipamiento y ha destacado que “la participación ciudadana permite repensar los equipamientos culturales y acercar la administración a la ciudadanía”.
El resultado es un edificio de 3.130 metros cuadrados construidos. Un edificio innovador que responde a múltiples necesidades culturales, similar a los que están emergiendo en Europa. Tras esta primera etapa de redacción del proyecto arquitectónico, se prevé que comiencen las obras en la primavera de 2017 y tras 18 meses de ejecución, se inaugure en diciembre de 2018.
Tres plantas y un sótano
El equipamiento se ubica en una parcela de unos 1.900 metros cuadrados y se ha estructurado en tres plantas y un sótano. El programa de usos responde a una organización de espacios de mayor ruido a silencio de manera progresiva, proyectado sobre grandes espacios diáfanos, a petición expresa de los futuros usuarios. Así el sótano es la planta en la que se desarrollan las actividades orientadas a los usuarios más jóvenes como ensayos, grupos de debate, música, además de un espacio de gestión vecinal con entrada y horarios diferenciados de la biblioteca. La planta baja es la “de la calle o de la charla”, que está destinada a actividades como leer cuentos y los periódicos, intercambiar información, multimedia, juegos de mesas, sala de descanso, zona infantil en atención a los que cuidan. Es la continuación de la plaza cultural exterior con diferentes rincones y alturas.
En el primer piso se sitúa la “planta de los susurros”. En ella, los usuarios pueden disfrutar de los usos que requieren un nivel mayor de concentración y estudio, donde se dispone de una gran sala de préstamo de libros, otra de gran tamaño para el estudio, con zonas de reunión y trabajo grupal, donde leer en silencio o escuchar música con cascos, o una sala para formación, sobre todo en informática o talleres. Por último, la planta ático o del silencio: una sala para usos individuales donde se fomente la concentración y el aislamiento: lectura y estudio. Ésta es una zona completamente silenciosa, que se combina con otra mucho más informal, con alfombras y sillones que permitan una actitud relajada mientras se lee o estudia. Este espacio se comparte con una terraza verde y visitable de 230 metros cuadrados.