El crecimiento del sector del biogás como solución medioambiental que proporciona energía renovable y biofertilizantes es una realidad a nivel europeo, y en España, ha empezado su desarrollo más recientemente pero con un gran número de proyectos en marcha. A continuación, vamos a analizar las ventajas del biometano frente a los combustibles fósiles.
La emergencia climática empieza a pasar factura y ha acelerado la necesidad de una transición ecológica donde el biometano será un elemento clave para alcanzar el objetivo de descarbonizar Europa.
A pesar de que España aún presenta una gran dependencia de los combustibles fósiles, el biometano es una opción clave en la descarbonización del país. Según los últimos informes de la Comunidad Europea, España se sitúa como el tercer país de Europa, solo por detrás de Alemania y Francia, en potencial para la generación de biogás y biometano.
Una solución para la descarbonización
El aprovechamiento del biogás contribuye triplemente a la descarbonización, captura de las emisiones de gases de efecto invernadero, sustitución de combustibles de origen fósil y por último, evitando las emisiones de la fabricación de fertilizantes químicos. Además, el digerido obtenido puede ser considerado un biofertilizante orgánico en determinadas circunstancias.
Sostenibilidad
Para la producción de biometano mediante digestor anaerobio puede emplearse una amplia variedad de materias primas, también varían sus características medioambientales, pero son notablemente mejores que en el caso de fuentes fósiles de energía.
Además, debería tenerse en cuenta al calcular la sostenibilidad del biometano, la reducción de emisiones debido a la valorización como fertilizante del digestato. Cuando se utilizan digestatos como fertilizantes orgánicos para cultivos y mejora del suelo, se ahorran los costes de producción de fertilizantes minerales y se evitan las emisiones de dicha producción. Pueden ahorrarse hasta 13 kg CO2 equivalente por tonelada, cuando los fertilizantes minerales se sustituyen por digestatos.
Reciclaje de residuos
El biogás y el biometano se generan a partir de diferentes tipos de residuos orgánicos, convirtiendo los residuos en un recurso valioso, principio fundamental de una economía circular eficiente. Los residuos alimentarios o las aguas residuales pueden recuperarse en nuestras ciudades y utilizarse para producir energía renovable, lo que contribuye al desarrollo de una bioeconomía local.
Pueden emplearse una amplia variedad de materias primas, entre las que se encuentra la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (contenedor marrón), así como los residuos orgánicos de comercios e industrias. Lo anterior contribuye a una optimización de la gestión de residuos, reduciendo la cantidad de desechos que llegan a los vertederos y disminuyendo la contaminación.
En el campo, los residuos de la ganadería o la biomasa agrícola pueden optimizarse y convertirse en energía, mientras que el digestato puede utilizarse como fertilizante orgánico. Esto crea nuevos modelos de negocio en el sector agrícola, haciéndolo más competitivo en costes y promoviendo la agricultura sostenible.

Energía asequible, sostenible y segura
El biogás y el biometano son gases renovables que contribuyen a la reducción de emisiones en toda la cadena de valor. Su uso es esencial para acelerar la reducción de las emisiones de GEI en diversos sectores, como la construcción, la industria, el transporte y la agricultura.
El biometano se puede almacenar y producir fácilmente a un ritmo constante, lo que contribuye a equilibrar el suministro energético procedente de fuentes de energía intermitentes de origen renovable, como la solar o la eólica. También se puede comercializar y producir en Europa, garantizando así la seguridad del suministro de la UE y evitando la dependencia de proveedores externos.
El biogás y el biometano ya están disponibles y, además, son competitivos en costes, considerando todas las externalidades positivas generadas por la producción de estos gases renovables.
Ventajas y oportunidades del biometano
El biometano es un combustible comercialmente viable, con la condición de que esté exento de impuestos y/o se le garanticen otros incentivos fiscales: puede apoyarse en las infraestructuras existentes para el gas natural, la tecnología para su depuración está madura y ha sido probada.
El gas verde proporciona varias ventajas en Europa: contribuye a los objetivos climáticos europeos reduciendo las emisiones de CO2 equivalente mejorando la calidad del aire anticipándose a la seguridad de suministro e independencia energética europea de terceros (inestables) países. Además, el uso del digestato como fertilizante cierra el ciclo nutritivo en ecosistemas regionales y evita las emisiones de CO2 que serían liberadas debido a la producción de fertilizantes minerales. La producción de biogás y biometano genera además empleos verdes en zonas agrícolas.

Los combustibles fósiles
La Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) informa que la contaminación del aire causada por el uso de combustibles fósiles es responsable de cientos de miles de muertes prematuras cada año en Europa debido a enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, son los principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono (CO2), que contribuyen al cambio climático. La quema de combustibles fósiles genera contaminantes atmosféricos, como dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas (PM2.5).

El uso de combustibles fósiles crea una dependencia económica y geopolítica de países productores de petróleo y gas. Esta dependencia puede llevar a situaciones de inestabilidad económica y política, especialmente cuando hay fluctuaciones en los precios internacionales de estos recursos.
La extracción de combustibles fósiles (por ejemplo, minería de carbón, perforación de petróleo y gas) puede tener efectos destructivos sobre los ecosistemas locales. La deforestación, la contaminación de aguas subterráneas y la destrucción de hábitats naturales son solo algunos de los impactos negativos de estas actividades. En regiones donde se extraen combustibles fósiles, la contaminación del suelo y el agua puede afectar tanto a los ecosistemas locales como a las comunidades humanas cercanas.
La extracción, el transporte y el uso de combustibles fósiles pueden resultar en accidentes industriales y derrames de petróleo, que pueden tener efectos devastadores en los ecosistemas y la biodiversidad local. Los derrames de petróleo, por ejemplo, pueden destruir hábitats marinos y costeros y matar a especies acuáticas.
El papel del biogás y el biometano como solución
Dado el impacto negativo de los combustibles fósiles en el cambio climático, la salud pública y el medio ambiente, el biogás y el biometano emergen como soluciones clave en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. Estos gases renovables, producidos a partir de residuos orgánicos, ofrecen una alternativa limpia a los combustibles fósiles al reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación atmosférica.
Además, el biogás y el biometano tienen la ventaja de ser fuentes de energía locales, lo que ayuda a reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados y mejora la seguridad energética. También contribuyen a la creación de empleo en sectores como la agricultura, la gestión de residuos y la producción de energía renovable, lo que representa un beneficio adicional para la economía.
En resumen, el biogás y el biometano ofrecen una alternativa ecológica y sostenible a los combustibles fósiles, contribuyendo a la reducción de la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Fuentes
- Asociación Europea de Biogás (EBA)
- Asociación Española de Biogás (AEBIG)
- Agencia Internacional de la Energía (AIE)
- Organización Mundial de la Salud (OMS)
- Comisión Europea – Energía
- Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA)