Esta exposición pretende, dando la vuelta a las obras, proporcionar al visitante una relación nueva y más completa con los artistas
Hasta el 3 de marzo de 2024, se puede ver en el Museo del Prado la exposición Reversos, un viaje que transciende más allá de lo que vemos del cuadro, mostrándonos la cara oculta de las obras (su reverso). Dando la vuelta a las obras se pretende proporcionar al visitante una relación nueva y más completa con los artistas que han creado las 98 obras seleccionadas.
El espacio de la exposición propone un recorrido abierto que da la máxima libertad a la relación espacial con las obras, sin jerarquías ni ordenación cronológica.
Obras del Museo del Prado y de otras instituciones
Junto a obras de la colección del Prado, que descubren el resultado de un largo proceso de investigación sobre sus reversos, se exponen préstamos de instituciones nacionales e internacionales como:
- Assemblage i graffiti, 1972 (Assemblage y graffti) de Antoni Tàpies procedente de la Fundación Telefónica
- Cosme I de Médici de di Cosimo, il Bronzino, de la Colección Abelló
- El Autorretrato como pintor de Van Gogh procedente del Van Gogh Museum de Ámsterdam
- Artista en su estudio de Rembrandt, del Museum of Fine Arts de Boston
- La máscara vacía de Magritte del Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen de Düsseldorf, alcanzando casi el centenar de obras expuestas.
Artistas de la exposición
Esta exposición, estructurada en capítulos que tratan diferentes aspectos relacionados con las traseras, acogerá autores como:
- Van Gogh (1853-1890)
- René Magritte (1898-1967)
- Lucio Fontana (1899-1968)
- Pablo Palazuelo (1915-2007)
- Antoni Tàpies (1923-2012)
- Sophie Calle (1953)
- Vik Muniz (1961)
- Michelangelo Pistoletto (1933)
- José María Sicilia (1954)
- Wolfgang Beurer (f. 1480-1504)
- Louis-Léopold Boilly (1761-1845)
- Carl Gustav Carus (1789–1869)
- Vilhelm Hammershøi (1864–1916)
- Martin van Meytens (1695-1770)
- Wallerant Vaillant (1623-1677
- Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938)
- Max Liebermann (1847-1935).
Una exposición sobre la cara oculta del arte
Arranca la exposición con la sección El artista tras el lienzo. Los pintores, a menudo, se autorretratan tras los lienzos pero incluso cuando no aparecen asociados tan directamente al trabajo del artista, tienen una presencia muy destacada en ese entorno, como objetos de especial significación en los estudios de los pintores.
Uno de los elementos que integran el soporte pictórico protagoniza la segunda sección: El bastidor como cruz. Esa estructura invisible del cuadro es usualmente una cruz de madera que, entre otras cosas, permite agarrarlo cuando va a moverse de lugar.
Caras B se dedica a las obras que pueden calificarse como “bifaces”. En ellas, el reverso tiene entidad artística y complementa la imagen principal en diversas modalidades. Puede mostrar la espalda de una figura que se veía de frente, un paisaje o una escena alegóricos que matizan el sentido de la representación principal, información heráldica, temas religiosos vinculados, retratos…
En Más información al reverso podemos ver información , datos e identidades que nos ayudan a saber quiénes son las personas a las que podemos ver por la parte principal. La información puede haberse añadido posteriormente, en forma de etiquetas y sellos que ayudan a trazar la historia de las obras: las colecciones a las que pertenecieron, los palacios que decoraron, los viajes que realizaron, las intervenciones de conservación que sufrieron…
Otras veces, como en Ornamentos y fantasmas, se descubren en los reversos historias contenidas en los propios materiales: telas que tuvieron usos domésticos o que dan cobijo a involuntarios fantasmas que aparecen al ser traspasadas por los aceites.
Por otra parte, en Pliegues, cortes y recortes, se observan las antiguas restauraciones y las modificaciones que se efectuaron para adaptar las pinturas a nuevas ubicaciones o nuevos usos, quedan a la vista en reverso.
En De espaldas, frente a la pintura. Dados la vuelta, los cuadros miran de frente al arte pero el espectador los espía desde atrás, lo que provoca un dinámico juego de posiciones y de ocultación de miradas.
Por último, en Naturaleza de fondo, se ha investigado en la colección del museo qué materiales más o menos inusuales han servido de soporte a la pintura a lo largo de los siglos y hemos encontrado cobre, hojalata, pizarra, alabastro, corcho, ladrillo, porcelana o marfil.