Comida basura y sedentarismo: dos grandes enemigos esta cuarentena

La comida basura, como la pizza, hamburguesas, fritos, azúcares… presentes en nuestras vidas desde hace décadas permanecen también entre nosotros esta cuarentena, que junto al aumento del sedentarismo pueden tener grandes perjuicios contra la salud. Detrás de la comida basura se encuentran numerosas patologías no transmisibles, como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

Según un artículo publicado en Eroski Consumer, la comodidad, la pereza o la falta de tiempo para cocinar fomentan el consumo de platos fáciles. Según el ‘Informe del Consumo Alimentario en España 2018‘, el plato que más se repite en todas las comidas y cenas caseras es la ensalada verde (buena noticia), pero seguida de cerca por la pizza. Otro dato: la venta de hamburguesas en bares y restaurantes creció un 14 % en ese año, hasta superar los 550 millones de unidades, según la consultora NPD. Una media de casi 12 unidades por boca.

Comida basura: los niños son los más vulnerables


El aumento de la obesidad infantil supone uno de los desafíos más complejos en salud pública. Tal y como afirma el artículo «Objetivo: limitar el consumo de comida ‘basura’» de Eroski Consumer, en el caso de España, el 35 % de los menores entre 8 y 16 años tienen exceso de peso; de ellos, un 20,7 % sufre sobrepeso y un 14,2 % obesidad, según datos de UNICEF. La especialista del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBEROBN) Nancy Babio encuentra en los bajos precios, la accesibilidad y la publicidad orientada a público infantil y juvenil —objeto de crítica por la OMS—, las razones de la expansión de productos ultraprocesados, convirtiendo a estos tramos de edad en los más expuestos a este patrón. Pero los padres no son ajenos al hábito.

Comida basura

Ultraprocesados: ¿qué hacen las instituciones para limitarlos?


El Ministerio de Sanidad empezó a actuar en 2005, con la estrategia NAOS, para promover la alimentación saludable y el fomento de la actividad física. En este marco, en 2013, se iniciaron acuerdos con la industria alimentaria, como el plan HAVISA (Hábitos de Vida Saludables en la Población Española) destinado a incluir mensajes de promoción de la actividad física en los empaquetados de alimentos calóricos, o el código PAOS, para la autorregulación publicitaria de alimentos. Los expertos en salud pública consideran ambas medidas como ineficaces.

En el último año, desde el Ministerio se ha discutido la ampliación de la ley 17/2011, con acciones como la implantación voluntaria de Nutri-Score, la reducción de la cantidad de azúcar en 3.500 productos o la prohibición de vender ultraprocesados (preparaciones industriales elaborados a partir de sustancias derivadas de otros alimentos) en hospitales y otros centros públicos, así como la limitación de la publicidad dirigida a menores, una estrategia de éxito en los países nórdicos. Sin embargo, los expertos denuncian que tanto la prohibición de los ultraprocesados en las máquinas de vending de lugares públicos como el veto a los reclamos infantiles en empaquetados y anuncios se incumplen continuamente.

Alternativas sanas y baratas para hacer en casa


Los expertos en salud pública coinciden en que el consumo de ultraprocesados está más extendido entre las rentas más bajas. Instituciones como el Basque Culinary Center reivindican la vuelta a la cocina como acto de empoderamiento. La experta en proyectos gastronómicos de bajo presupuesto y profesora de cocina Anna Mayer comenta que “la clave está en no salirse de la dieta mediterránea, la que cuenta con más respaldo científico sobre su impacto saludable, lo que a su vez es una buena noticia para los bolsillos por basarse en alimentos asequibles como legumbres, cereales, verduras y pescados”. Estas son sus propuestas (calculadas para cuatro personas):

Plato de legumbres (0,60 euros). Aunque las legumbres en conserva no son una mala alternativa, el menor impacto en el monedero se da con la compra de su versión seca.
Salteado de verduras y carne (2,33 euros). En lugar de guisos, salteados de carne con verduras. Dos variantes de preparaciones: marinados tipo mediterráneo o en wok con salsa de soja.
Pesto de pistacho y perejil (1 euro). Esta salsa es una alternativa estupenda a una pizza ultrapocesada de carbonara, por ejemplo. No solo en precio: los pistachos son una importante fuente de fibra y vitamina B6.
Verduras al horno (2,88 euros). Una bandeja de verduras cortadas en trozos es idónea para cocinar una gran cantidad de verduras a la vez para varios días. Con el fin de ajustar bien el presupuesto, es fundamental que las verduras sean de temporada. Se pueden acompañar con una salsa de yogur. Así concluye el artículo de referencia de Eroski Consumer

Aurora Cancela Pérez
Aurora Cancela Pérezhttps://www.cronicanorte.es
Aurora Cancela Pérez, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Colmenar Viejo. Es redactora en Crónica Norte desde 2017. Apasionada de la información local y los viajes.

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