Comisiones Obreras denuncia la configuración de estas pruebas y califica de falaces las declaraciones del Director General de Universidades e Investigación. CCOO debe puntualizar que la evaluación final de Bachillerato para el acceso a la Universidad, que así se denomina por mor de la LOMCE, no es «como si fuera» la PAU.
En primer lugar, se trata de una especie de filtro intermedio que ni es una evaluación del Bachillerato, que, afortunadamente queda evaluado por los equipos docentes de los centros educativos, ni da el acceso a la Universidad; sino que, de hecho, se trata de un filtro intermedio que, de superarse tras haber superado ya el Bachillerato, dará derecho a que las universidades apliquen sus propios criterios específicos de admisión, que no están obligadas a publicitar en ningún momento en concreto, además. Y todo ello gracias a la recientemente publicada Orden 47/2017 que regula esta evaluación final de Bachillerato, tramitada con carácter de extrema urgencia durante las vacaciones navideñas de espaldas a la comunidad educativa y totalmente en manos y al arbitrio de las universidades.
Efectivamente, se seguirá ponderando el 40 por ciento de la calificación del alumno o alumna mientras que el 60 por ciento corresponderá a la media del Bachillerato, pero debemos aclarar que esta última calificación no va a ser la nota media de la etapa tal y como se recoge en el Real Decreto-Ley 5/2016 de medidas urgentes para la aplicación del calendario de la LOMCE, aparta-do 6.A)2.y en la Orden 2582/2016 reguladora del Bachillerado en la Comunidad de Madrid, sino como a la Dirección General de Universidades le ha parecido oportuno, generando un nuevo baremo o criterio, consistente en hallar la nota media de todas y cada una de las materias cursadas en Bachillerato incluso las excedentes que pudiera tener un alumno o alumna como, por ejemplo, por motivo de cambio de modalidad o vía y que pudieran, además, estar suspensas.
Una prueba injusta
CCOO reitera la situación absolutamente injusta en la que se halla el alumnado procedente de la LOE, al cual, incluso el director general y los rectores de las universidades «recomiendan» que se presenten a esta evaluación-filtro si no quieren ver muy notablemente mermadas sus expectativas de acceder a los estudios universitarios que desean. Esto es así porque no pueden presentarse a la fase específica para poder obtener más de 10 y hasta 14 puntos si no se examinan de la totalidad de la evaluación. Y, en este punto, cabría incluso preguntarse dos cuestiones no re-sueltas: la primera, cómo se va a distinguir a quienes obtengan el título conforme al plan LOE si el título que se les va a otorgar, según instrucciones dictadas por la propia Consejería, será, sin embargo «LOMCE»; y, la segunda, cómo podrán presentarse, en caso de optar por ello, a la evaluación en su totalidad si la referida Orden 47/2017 proscribe la posibilidad de presentarse a materias que no se hayan cursado en el Bachillerato, y las materias LOE y LOMCE, incluso las homónimas, no siguen el mismo currículo, luego no se trata de las mismas materias.
Por estas cuestiones, así como la ausencia palmaria de transparencia y publicidad en cuanto a criterios de evaluación y calificación, así como la instauración del proscrito principio «reformatio in peius» en esta evaluación, es decir, que la única vía de reclamación posible pueda conducir a salir peor parado que antes de reclamar, CCOO presentó en su día Voto Particular en el Consejo Escolar frente a la tramitación de esta orden y ha iniciado el derecho de acción por la vía judicial contencioso-administrativa, solicitando medidas cautelares para paralizar, al menos, las cuestiones más graves y perjudiciales para el alumnado.
La generación que hace selectividad este año perjudicada
CCOO reitera el anuncio de que, lamentablemente, la situación creada este curso escolar al alumnado que finaliza el Bachillerato traerá consecuencias a futuro de alcance todavía incierto para toda una generación de estudiantes.
El sindicato incide en que las consecuencias de la LOMCE y, adicionalmente, de la forma cerril de aplicarla en nuestra comunidad, las sufren, en primer lugar, el alumnado, que no merece la inseguridad jurídica y la zozobra personal que están viviendo que en algunos casos alcanza la dimensión de auténticos dramas personales, así como los equipos directivos, departamentos de orientación y profesorado de los IES, que se ven sometidos a un estrés continuo en el intento de atender y orientar al alumnado en medio de este despropósito.
CCOO reitera su exigencia a la Consejería de que atienda las recomendaciones expuestas por nuestra parte en el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid a través nuestros razonamientos y de nuestros votos particulares contra los aspectos injustos y antijurídicos de las citadas normas, así como que rectifique su actitud y tome en consideración todo lo que hemos venido proponiendo y anticipando en cuanto hemos tomado conocimiento de cada nueva orden y actuación emprendida por la Consejería de manera obcecada.
