La tranquilidad de Navalafuente, un pequeño municipio de la Sierra Norte de Madrid, se ha visto alterada por un episodio de violencia sin precedentes. Un trabajador municipal fue brutalmente agredido a plena luz del día en la puerta del Ayuntamiento por dos jóvenes de origen marroquí, uno de ellos, un ex-empleado con antecedentes disciplinarios. La agresión, que fue grabada por las cámaras de seguridad, ha sembrado el temor entre los vecinos y trabajadores del consistorio, ha generado una fuerte reacción por parte del alcalde y la comunidad.
Un ataque violento en el corazón del municipio
El pasado viernes, cuando la jornada laboral transcurría con normalidad, la violencia irrumpió en el centro de Navalafuente. Dos jovenes golpearon brutalmente a un trabajador municipal en las mismas puertas del Ayuntamiento, dejando consternados a quienes presenciaron la escena. Uno de los agresores había sido empleado del consistorio, pero había sido expedientado por irregularidades en su desempeño.
Lejos de quedar ahí, los agresores profirieron amenazas de muerte contra el alcalde y otros trabajadores municipales, aumentando la preocupación en un pueblo que siempre se ha caracterizado por su tranquilidad y convivencia pacífica.
Medidas de seguridad: el Ayuntamiento cierra sus puertas
Ante la gravedad de los hechos, el Ayuntamiento de Navalafuente tomó una medida drástica: cerrar la puerta principal al público y permitir el acceso solo mediante cita telefónica. Esta decisión ha generado preguntas entre los vecinos, pero desde el consistorio han aclarado que responde únicamente a la necesidad de proteger a sus trabajadores de posibles nuevos episodios de violencia.
«No queremos responder a la violencia con más violencia ni echar leña al fuego. Lo que queremos es que esto no vuelva a suceder, que nuestro pueblo siga siendo el lugar pacífico que siempre ha sido», declaró el alcalde durante el pleno ordinario del 25 de marzo. Su intervención, que puede verse en el enlace oficial del pleno, reflejó la preocupación generalizada por la falta de seguridad en el municipio.
La preocupante ausencia de Policía Local
Uno de los puntos más críticos de esta situación es la ausencia de Policía Local en Navalafuente. El alcalde ha denunciado la falta de presencia policial y la negativa de otros cuerpos de seguridad a intervenir, lo que deja en una situación de indefensión tanto a los trabajadores municipales como a los propios vecinos.
Esta carencia plantea una pregunta inquietante: ¿está preparado Navalafuente para afrontar situaciones de emergencia sin una presencia policial constante? La población ha crecido en los últimos años, pero las infraestructuras de seguridad no parecen haber evolucionado al mismo ritmo.
Una convocatoria para rechazar la violencia
Como respuesta a estos hechos, el alcalde ha manifestado su intención de convocar una concentración pacífica para rechazar la violencia y mostrar unidad frente al miedo. «Queremos que quienes actúan con violencia entiendan que en Navalafuente no tienen cabida. Aquí las cosas no se arreglan a golpes, sino con respeto y diálogo», aseguró el regidor.
El caso ha despertado una fuerte ola de solidaridad en la localidad. Vecinos y trabajadores municipales han expresado su rechazo a cualquier forma de violencia y su deseo de recuperar la paz que siempre ha caracterizado al pueblo.
Un problema más allá de Navalafuente
El incidente pone sobre la mesa un problema más amplio: los crecientes casos de violencia y agresiones por parte de algunos inmigrantes con antecedentes delictivos y la seguridad en los pequeños municipios. La capacidad de los Ayuntamientos para gestionar situaciones de crisis sin el apoyo de fuerzas de seguridad no son suficientes. ¿Debería reforzarse la presencia policial en estas localidades? Esta situación abre el debate sobre la necesidad de una mejor planificación en materia de seguridad para proteger tanto a los trabajadores municipales como a los ciudadanos.
Mientras tanto, Navalafuente espera respuestas y, sobre todo, acciones concretas que devuelvan la tranquilidad a un pueblo que nunca había vivido algo similar.