La Comunidad de Madrid ha dado un paso decisivo para transformar la Formación Profesional (FP) en la región. Con la aprobación de un nuevo decreto, se unifican los sistemas educativos y de empleo en FP, buscando que los estudiantes tengan más y mejores oportunidades laborales. Esta reforma, que afecta a todos los centros públicos y privados, introduce cambios importantes en la organización y el currículo, adaptándose a las necesidades actuales del mercado y la economía.
Hasta ahora, la FP en Madrid estaba dividida en dos sistemas: uno gestionado desde la educación y otro desde el empleo. Esta fragmentación dificultaba la coherencia y la adaptación a las demandas reales del mercado laboral. El nuevo decreto aprobado por el Consejo de Gobierno elimina esta división y crea un único sistema integrado de Formación Profesional, que facilitará que los alumnos adquieran competencias más ajustadas a las necesidades del sector productivo.
Este sistema único organiza la FP en cinco grados formativos que van desde la acreditación parcial de competencias hasta cursos de especialización. Así, se establecen:
- Grado A: Microacreditaciones o acreditaciones parciales de competencias.
- Grado B: Certificados de competencia.
- Grado C: Certificados profesionales.
- Grado D: Ciclos formativos de grado básico, medio y superior.
- Grado E: Cursos de especialización.
Esta estructura permite una progresión clara y flexible para los estudiantes, facilitando tanto la entrada al mercado laboral como la actualización constante de sus habilidades.
Innovación y flexibilidad para un aprendizaje más adaptado
Uno de los puntos más destacados del decreto es la incorporación de materias optativas en los ciclos de grado medio y superior, lo que abre la puerta a que los centros puedan adaptar los perfiles profesionales a las demandas concretas del mercado y fomentar la innovación. Además, se incluyen módulos transversales que acompañan el desarrollo personal y profesional del alumno, ayudándole a avanzar en su trayectoria educativa y laboral.
La normativa también da más autonomía a los centros para organizar las prácticas en empresas, flexibilizando la estancia laboral y promoviendo metodologías que integren conocimientos científicos, tecnológicos y organizativos. Esto es clave para que los estudiantes desarrollen las habilidades necesarias para desempeñar un trabajo real, algo que muchas veces faltaba en la formación tradicional.
Modalidades diversas para una formación accesible
El decreto regula diferentes formas de impartición de la FP: presencial, semipresencial y virtual. También establece un régimen intensivo que aumenta las horas de prácticas en empresa, lo que puede ser especialmente útil para quienes buscan una inmersión rápida en el mundo laboral.
Además, se contempla la posibilidad de diseñar programas específicos para personas con necesidades educativas o formativas especiales, lo que amplía la inclusión y la igualdad de oportunidades en la formación profesional.
