A veces, una pareja puede llegar a afrontar tantos problemas, que difícilmente logra solucionarlos como quisieran, y entonces tienen que llegar al extremo de divorciarse. Ante tal situación, se deben tomar medidas urgentes para tratar de dejar todo de la mejor manera posible, de forma que las partes involucradas no salgan perjudicadas y reciban lo que por ley les corresponda, y eso solo se puede lograr con el apoyo de un buen abogado especialista.
Cuando las personas se unen en matrimonio, lo hacen con la firme intención de seguir unidos para siempre, lo cual, según las estadísticas, solo lo logra la mitad, y la otra se divorcia. Lamentablemente, es una situación que puede suceder, y que hay que saber afrontar en el caso de llegar a presentarse.
Al presentarse el divorcio, lo más recomendable es buscar el apoyo de un buen abogado de divorcios y separaciones en Madrid que se encargue de hacer los trámites necesarios y de ejecutar las acciones que correspondan.
Los especialistas en esta área conocen muy bien los procedimientos a realizar, las leyes relacionadas con la materia y las instancias competentes ante las que deben actuar. Por tal razón, son los especialistas indicados para atender ese tipo de situaciones.
Con un buen apoyo legal, quienes tengan la necesidad de separarse o divorciarse, podrán salir del conflicto de la mejor manera posible, con todos los asuntos legales al día y con la plena seguridad de que ambas partes obtendrán lo que por ley les toca, sin que se vulneren los derechos de ninguno de los dos excónyuges.
Separación y divorcio: similitudes y diferencias
Hay dos maneras de interrumpir el lazo matrimonial entre dos personas, la separación y el divorcio, que son muy parecidos, pero se diferencian en algunos detalles
Separación legal: es la suspensión temporal del lazo matrimonial, no hay una disolución definitiva, aunque los cónyuges dejan de vivir en la misma casa.
El régimen económico matrimonial también se disuelve y se procede a la correspondiente liquidación o repartición de bienes, dependiendo de si están bajo régimen de gananciales o separación de bienes.
En cuanto a los hijos, también se deben establecer ciertas condiciones referentes al tipo de guarda y custodia, régimen de visitas y pensión alimenticia, por mencionar las principales. Lo más importante es que se preserve el interés superior del menor en cuanto a las atenciones que necesita.
Divorcio: reúne exactamente las mismas características que la separación, en lo único que se diferencia es que el divorcio es una acción definitiva que no puede revertirse, es decir, una vez divorciados no hay posibilidades de restablecer el lazo matrimonial, a menos que los excónyuges se vuelvan a casar.
Algunas personas eligen separarse legalmente, para experimentar cómo se sienten el uno sin el otro, para luego tomar el paso final, que es divorciarse. Esto ofrece la oportunidad de revisar la situación más concienzudamente, reflexionar y, quién sabe, reconciliarse y arreglar las cosas.
Si después de un tiempo, la pareja separada decide regresar, solo deben comunicarlo al notario o juez (dependiendo de la vía tomada para llevar a cabo la separación), con el fin de restablecer el matrimonio, y todos sus consecuentes derechos y deberes. Si la situación de separación persiste, lo siguiente debe ser formalizar el divorcio definitivamente.
¿Express o contencioso?
También hay dos maneras de separarse o divorciarse:
Express o de mutuo acuerdo: cuando dos personas de forma consensuada deciden dar el paso de separarse o divorciarse, lo pueden hacer de esta manera, que es la más rápida, económica y menos traumática. Lo único que hay que hacer es buscar el apoyo de un buen abogado de divorcios para que se encargue de mediar entre las partes, con el fin de llegar a un acuerdo que satisfaga a los dos excónyuges.
Contencioso o por la vía judicial: si las partes no llegan a ningún acuerdo o, incluso, alguna quiere entorpecer el proceso de separación, no queda más remedio que recurrir a la vía judicial, para que, por la intervención de un juez, se determinen las condiciones del acto.
Es la forma más larga, complicada y costosa de formalizar una separación o un divorcio, por cuanto implica la inmediación de los tribunales, así como la inversión de tiempo y dinero.