Una investigación de científicos de la Universidad Rey Juan Carlos afirma que cientos de especies de escarabajos, mariposas o avispas, entre otros, comen partes de la encina
Juan Antonio Hernández-Agüero, científico de la Universidad Rey Juan Carlos, ha llegado a la conclusión de que una gran cantidad de animales invertebrados se alimentan de hojas y otras partes de la encima gracias a un estudio que ha recabado información de más de 600 especies de animales vinculados a estos bosques.
De entre todos los ejemplares analizados, más del 40 % son escarabajos, y las mariposas representan hasta el 25 %. Respecto a las partes de la planta de las que se alimentan, las hojas suponen más del 40 % y la madera el 30 %.
Dependencia de las especies con su árbol hospedador
Los investigadores han utilizado potentes herramientas de análisis biogeográfico para describir el nivel de dependencia de estas especies con su árbol hospedador. “El 20 % tiene el mismo requerimiento climático que la encina, y muchas de ellas incluso ven restringida su distribución aún más al presentar otras limitaciones climáticas propias”, explica Hernández-Agüero.
Esas especies son las que tienen más peligro de desaparecer, si enfermedades como la llamada ‘seca’ que afecta a los encinares no se detienen, ya que dependen más fuertemente de la encina para sobrevivir.
Estas estrategias alimenticias estarían explicadas por la evolución de los animales. Aparte de la encina, otras de las especies que pueden consumir son los arces, álamos, hayas, olmos u otros árboles del género Quercus como el alcornoque o los robles.
Por último, los autores establecen una comparación de los climas preferidos por las plantas y sus huéspedes, para determinar su grado de dependencia, lo que supone una nueva herramienta para poder determinar la vulnerabilidad.
Encinares en peligro
La encina, pese a ser una especie ampliamente extendida, se enfrenta a diversas amenazas relacionadas tanto con el impacto humano (por el cambio de uso de suelo), como por la propia ecología de la planta (su crecimiento y regeneración natural son lentos).
Actualmente no se encuentra en peligro de extinción, pero estas circunstancias pueden hacer peligrar su supervivencia y la de todas las especies que se alimentan de ella.