La quema de contenedores durante los fines de semana es un fenómeno que ha ido aumentado progresivamente según señala Europa Press en las grandes ciudades españolas. Estos hechos provocan un gasto importante, no sólo porque hay que reponer el mobiliario urbano destrozado, sino porque a estos actos acuden los Bomberos.

La práctica totalidad de estos incendios se deben a actos de gamberrismo, introduciendo petardos u otros elementos incendiarios o prendiendo fuego directamente al depósito.
No suelen producir daños personales, pero sí materiales, ya que cada uno de los contenedores de basura cuestan unos 900 euros y porque muchos veces se encuentran cerca de coches y casas, que se ven afectados por las llamas.
Además, hay que contar el gasto que supone el desplazamiento de la unidad de bomberos, que suele tardar unos cuatro minutos en extinguir el contenedor, ya que están compuesto por un material altamente inflamable. En ocasiones, tienen que acudir a varios fuegos de este tipo a la vez, para avanzar más rápido utilizan espumógenos, un producto que establece una especie de película protectora para paliar los efectos del fuego.
Aunque no son muchas las estadísticas hechas públicas sobre este asunto, algunos datos revelan que este fenómeno vandálico va en aumento en el último lustro y afecta a grandes ciudades. Por ejemplo, el pasado 6 de diciembre, de las 37 intervenciones que realizaron los Bomberos de la Comunidad de Madrid, 18 de ellas se debieron a incendios en papeleras y contenedores de residuos ubicados en las vías pecuarias, según datos de la Consejería de Presidencia, Justicia y Portavocía del Gobierno.
Perfil de los “gamberros”
El perfil preferente de los autores de la quema de contenedores y el destrozo del mobiliario urbano suelen ser adolescentes de entre 13 y 18 años que buscan reconocimiento entre sus iguales o la pura diversión. Provocan pequeños fuegos de forma premeditada principalmente en sus lugares de reunión, en compañía de su grupo de amigos y también en la zona de tránsito entre sus puntos de residencia, trabajo o estudio, y las zonas de ocio.
Así lo establecen varios estudios sobre incendios secundarios realizado para el Instituto Andaluz de Criminología. No obstante, se establece otro grupo de posibles autores compuesto por sujetos que actúan solos o acompañados de otro pasivo, con una franja de mayor edad y cuya conducta está relacionada más con desórdenes de personalidad, venganzas o trastornos mentales, que con factores sociales.

Además, la mayoría de los incendios se producen cerca de zonas de ocio o paradas de autobuses del extrarradio las madrugadas de los fines de semana y festivos (especialmente entre las 0 y las 4 horas), horarios en los que los jóvenes son mayoritariamente los que están en la calle.
Soluciones
Una de las posibles soluciones que se planean para evitar que el mobiliario urbano arda con tanta facilidad y el fuego se propague, es modificar el tipo de contenedores, por ejemplo, reforzando materiales, o sustituirlos por islas ecológicas.
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