El consumo del tabaco puede llegar a provocar el desarrollo de una demencia. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado el 9 de julio, el tabaco puede estar detrás del 14 por ciento de los casos de alzheimer.

Los efectos más conocidos del consumo del tabaco son problemas cardiovasculares, que lo relacionan con un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares o enfermedad coronaria, pero esta organización recuerda que fumar aumenta los niveles de homocisteína plasmática, un factor de riesgo que también está relacionado con varios tipos de demencia.
Además, acelera la aparición de arterioesclerosis, un endurecimiento de los vasos sanguíneos del corazón y cerebro que puede privar a las neuronas del oxígeno que necesitan. Este estudio de la OMS, también revela que el tabaco puede causar estrés oxidativo, que conduce a la muerte neuronal y se asocia a una peor respuesta inflamatoria que se da en pacientes con alzheimer.
Los fumadores pasivos también pueden sufrir demencia
La exposición al humo del tabaco, los llamados fumadores pasivos, también se pueden ver afectados aumentando en un 78 por ciento el riesgo de demencia, especialmente cuando la exposición se produce en el domicilio.
Y del mismo modo, también aumenta el riesgo el consumo de otras formas de tabaco como el snus o tabaco masticable, ya que se trata de una sustancia que contiene más de 2.000 sustancias químicas, incluida la nicotina.
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