Gracias a las mejores condiciones de vida en zoológicos y acuarios las tortugas han demostrado vivir más

Varios animales tienen tasas de envejecimiento particularmente bajas; además de las tortugas, también cocodrilos, salamandras y sapos, entre otros

La revista Science ha publicado dos estudios independientes sobre envejecimiento y longevidad en reptiles, ambos trabajos afirman que el deterioro progresivo de las funciones corporales con la edad no es inevitable para todos los organismos

Según informa Iole Ferrara Romeo, de la Agencia SINC, el animal terrestre más viejo del mundo es Jonathan, una tortuga gigante que vive en el archipiélago de las Seychelles y que hace unos meses cumplió 190 años. Se calcula que nació alrededor de 1832, aunque al no haber un registro podría haberlo hecho incluso antes.

Jonathan es también el reptil más longevo en la historia. Sin embargo, el suyo no es el único caso. Se sabe que algunas especies de tortugas y otros ectotermos (animales de sangre fría) tienen una vida extraordinariamente larga.

De hecho, la revista Science ha publicado dos estudios independientes sobre el envejecimiento y la esperanza de vida de estos longevos animales. El primero de ellos, realizado por investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU), ha analizado tortugas de 52 especies diferentes que viven en zoológicos y acuarios de muchos países.

La segunda investigación, que reúne un equipo internacional de 114 científicos liderados desde EE UU, ha estudiado reptiles y anfibios de 77 especies distintas que viven en libertad en más de 100 poblaciones alrededor de todo el mundo.

Tortugas en zoológicos y acuarios

Por su parte, los expertos de la universidad danesa han observado que el 75 % de las especies de tortugas analizadas muestra una senescencia extremadamente lenta y, en algunos casos, incluso la falta de envejecimiento biológico, que se define como insignificante.

El término senescencia insignificante fue acuñado durante el siglo pasado por el biogerontólogo Caleb Finch para denotar organismos que no muestran evidencia de envejecimiento biológico, como por ejemplo, reducciones medibles en la capacidad reproductiva o aumento de la tasa de mortalidad con la edad.

Según explica Dalia Conde, otra de las autoras del primer estudio, muchas especies de tortugas pueden reducir su tasa de envejecimiento en respuesta a las mejores condiciones de vida en zoológicos y acuarios, en comparación con el estado salvaje.

tortugas envejecimiento

Crecimiento después de la madurez sexual

Según algunas teorías evolutivas, la senescencia aparece después de la madurez sexual como un intercambio entre la energía que un individuo invierte en reparar daños en sus células y tejidos, y la energía que aporta a la reproducción para que sus genes pasen a las siguientes generaciones.

Esta compensación implica que después de alcanzar la madurez sexual, los individuos dejan de crecer y comienzan a experimentar la senescencia, el deterioro gradual de las funciones corporales con la edad. Antes, el consenso era que los organismos más complejos no podían dejar de envejecer. Sin embargo, hay especies, como muchas tortugas, que en la madurez sexual siguen creciendo.

Hay que tener en cuenta, de todos modos, que el hecho de que algunos animales muestren una senectud insignificante no significa que sean inmortales: su riesgo de muerte no aumenta con la edad, pero sigue siendo mayor que cero.

Reptiles y anfibios que viven en libertad

De la misma manera, los autores del segundo estudio documentan cómo varios animales tienen tasas de envejecimiento particularmente bajas; además de las tortugas, también cocodrilos, salamandras y sapos, entre otros.

El objetivo de esta investigación fue analizar la diferencia en envejecimiento y longevidad entre ectotermos y endotermos (animales de sangre caliente) que viven en libertad.

En los animales ectotermos, la temperatura corporal varía según la externa (ambiental); son ejemplos los reptiles y la mayoría de los peces. Los endotermos, en cambio, como los humanos y todos los mamíferos, generan internamente su propio calor y, de esta manera, regulan su temperatura corporal independientemente de cuál sea la del ambiente externo.

Paula de Marcos Aragón
Paula de Marcos Aragónhttps://www.cronicanorte.es
Paula de Marcos Aragón, periodista, licenciada en Ciencias de la Información y vecina de Algete. Es redactora en Crónica Norte desde 2021. Aficionada a la fotografía y a los reportajes y documentales de periodismo de investigación.

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