La Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (AUSBANC) señala que exite una inadecuada comercialización de la hipoteca inversa, un producto dirigido a personas mayores de 65 años.
¿Qué es la hipoteca inversa?
La hipoteca inversa es una operación financiera especialmente diseñada para mayores de 65 años y personas dependientes, con la que se posibilita convertir a dinero el valor patrimonial que representa la propiedad de su vivienda, sin perder la titularidad.
Existen dos tipos de hipoteca inversa:
- la vitalicia por la cual el beneficiario seguirá cobrando una pensión una vez transcurrido el plazo pactado según el valor de tasación del inmueble y que llevará aparejada un contrato de seguro de vida vitalicio,
- y la temporal en la que una vez llegado el plazo pactado el beneficiario no cobrará más cuotas pero seguirá manteniendo el uso de su vivienda y el banco no podrá exigir su devolución hasta transcurridos seis meses desde el fallecimiento del contratante.
En el primer caso, el contratante tendrá que tener en cuenta ese seguro de vida vitalicio y valorar el impacto económico que la prima del mismo tiene en la operación de crédito, ya que normalmente son muy caros y se pagan en modalidad de prima única.
Mala práctica
Los Servicios Jurídicos de Ausbanc señalan que han detectado que dichas irregularidades en la contratación del producto: una defectuosa información precontractual del mismo que explica las bondades del producto obviando sus riesgos, una inadecuada comercialización por no adecuarse al perfil del cliente, y un ánimo de colocar junto a ese producto otros vinculados como pueden ser seguros de vida.
Ausbanc apunta que «la hipoteca inversa no es en sí un producto malo, ya que puede aportar soluciones concretas a casos concretos, pero es un tipo de hipoteca que teniendo en cuenta la edad de los destinatarios a la que va dirigida resulta un foco para los abusos y las malas prácticas bancarias. De hecho, se ha detectado el caso de algún comercial sin escrúpulos que ha acudido a centros o residencias de mayores para aumentar su cartera de operaciones hipotecarias, aprovechando la ignorancia de los ancianos».
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