La Capilla de San Francisco, uno de los edificios históricos más representativos de Colmenar Viejo, vuelve a estar en uso tras años de inactividad. Gracias a un proyecto de rehabilitación integral, que ha supuesto una inversión de 312.839 euros, el Ayuntamiento ha conseguido garantizar la seguridad, habitabilidad y conservación de este espacio patrimonial.
En la sesión plenaria de Colmenar Viejo del pasado 30 de enero, se aprobó la cesión temporal por cinco años del edificio a la Coral El Canto y la Iglesia Ortodoxa Rumana, dos entidades que han mostrado interés en aprovechar el espacio para actividades culturales y religiosas.
Un esfuerzo por preservar el patrimonio
Ubicada en la plaza de San Francisco, la capilla es una construcción de finales del siglo XVI que destaca por su arquitectura herreriana, con una sola nave y muros de sillarejo y ladrillo. Además de su valor artístico, alberga los restos de su fundador, el alférez Francisco Palacios, nacido en Colmenar Viejo y fallecido en 1578.
El deterioro del edificio en los últimos años llevó al Ayuntamiento a acometer obras de conservación, consolidación y restauración. Estas mejoras no solo han permitido reforzar la estructura y embellecer el recinto, sino también recuperar su uso para la comunidad.

Un espacio para la cultura y la fe
Con la recuperación del edificio, el Consistorio ha apostado por fomentar su aprovechamiento en beneficio de la ciudadanía. Según explicó Belén Colmenarejo Collado, primera teniente de alcalde y concejal de Patrimonio, la inversión ha sido clave para que la capilla pueda albergar actividades culturales y sociales organizadas por distintas asociaciones locales.
La cesión aprobada contempla el uso simultáneo del edificio por dos entidades:
- La Coral El Canto, que necesitaba un espacio adecuado para ensayar y desarrollar su actividad musical, de interés cultural para el municipio.
- La Iglesia Ortodoxa Rumana, que cuenta con una comunidad de más de 1.600 vecinos en Colmenar Viejo, ahora con un lugar para celebrar su culto.

Un futuro con más posibilidades
Si bien la capilla ya tiene asegurada su utilidad en los próximos años, el Ayuntamiento no descarta ampliar su uso a otras asociaciones en el futuro. Los convenios de cesión permitirán a estas entidades disfrutar del espacio sin alterar su valor patrimonial, manteniendo un equilibrio entre su función histórica y su aprovechamiento comunitario.
La recuperación de la Capilla de San Francisco representa un ejemplo de cómo preservar el legado arquitectónico y, al mismo tiempo, darle una utilidad contemporánea. La decisión de su cesión temporal permite que la música y la espiritualidad convivan en un mismo espacio, enriqueciendo la vida cultural y social de Colmenar Viejo.