Con el fin de evitar infecciones alimentarias, la Consejería de Sanidad insiste en extremar en verano los hábitos de higiene y de manipulado de alimentos así como su conservación y cocción adecuada.
El calor favorece el crecimiento de organismos patógenos (bacterias) si los alimentos no están bien conservados. Por eso, la Dirección General de Salud Pública aconseja comprobar el etiquetado y mirar las fechas de consumo, condiciones de conservación y utilización.
Además, hay que usar aguas tratadas evitando aguas de pozo o manantial de los que no se tenga constancia de su potabilidad.
Es importante separar los alimentos crudos de aquellos ya cocinados y listos para comer, y evitar el contacto entre ellos. Además, hay que usar diferentes superficies, como tablas de cortar, y distintos utensilios, como cucharones de cocina y cuchillos, para preparar los alimentos crudos, y éstos se deben conservar en recipientes distintos de los productos cocinados.
Cocción adecuada
Una de las principales medidas de prevención para comer seguro es la cocción adecuada de los alimentos, y que ésta alcance como mínimo los 65ºC. En el caso de las carnes, hay que cerciorarse de que el calor llega correctamente al interior de la pieza. Con respecto a la preparación del pescado marinado o crudo, se debe congelar previamente durante al menos dos días y en un frigorífico de al menos tres estrellas para evitar posibles infecciones por la presencia de anisakis.
Salud Pública recuerda a los consumidores que los establecimientos de restauración deben mantener los alimentos ya preparados y adecuadamente protegidos en refrigeración o congelación, bien en las cámaras frigoríficas o en vitrinas expositoras, tal y como establece la legislación vigente.
Brotes alimentarios
La Red de Vigilancia Epidemiológica de la Comunidad de Madrid registró en 2014 un total de 80 brotes de origen alimentario, que afectaron a 867 personas y un tercio de las infecciones se produjeron en el hogar. La bacteria Salmonella fue la causante de las infecciones en 28 de los brotes, y con alimentos elaborados con huevo, pescados, y carnes.
La Dirección General de Salud Pública advierte de que las principales causas que generan infecciones son el consumo de alimentos crudos o insuficientemente cocinados y la conservación inadecuada una vez que se cocina.
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