A pesar de su victoria en casa, la UD Sanse desciende a Tercera División tras la victoria del Zamaro. El gol de Gibanel a diez minutos para el final no ha sido suficiente para evitar la zona de descenso. El equipo no dependía de sí mismo y debía esperar a que el Zamora no ganase en Mieres al Caudal Deportivo. Su partido transcurría con empate a cero, pero en la última jugada el Zamora anotó un lanzamiento de falta directa para poner el 0-1 que mandaba al Sanse a la 17ª posición, sin que hubiese tiempo para nada más en ninguno de los dos partidos.
La actuación de los jugadores sanseros ante el Coruxo fue sobresaliente, con un dominio contundente, tanto en posesión de balón, como en cantidad y calidad de jugadas ofensivas. El tanto de la victoria tardó en llegar 80 minutos, pero todo hacía indicar que era cuestión de minutos que llegase el primer gol. Mientras el Coruxo apenas inquietaba a Miguel Ángel (que volvió a la titularidad en portería), el Sanse merodeaba con constante peligro la portería gallega. Las ocasiones más claras fueron para Moncho (en el minuto 15′), Raúl Ruiz (con un potente lanzamiento de falta que despejó el portero en el 23′), y Gibanel (en el 26′ tras una buena dejada de David Sanz con el pecho para que rematara desde la frontal del área, pero su disparo con la derecha se fue por encima del larguero).
En la segunda parte, el Coruxo salió mejor plantado al terreno de juego, pero pronto el Sanse recobró el dominio y pudo abrir el marcador con un cabezazo de David Sanz en el 57′ que atrapó el cancerbero gallego. También pudo marcar Ismael tras una jugada personal en el 64′. Su disparo desde el interior del área golpeó en un defensor y desvió la trayectoria, pero Fernando pudo rectificar a tiempo para atrapar el esférico. El gol llegó un cuarto de hora después, con el cabezazo cruzado de Mario Gibanel que se alojaba en la portería y que hacía reventar un estadio de Matapiñonera que volvió a presentar un auténtico llenazo, gracias al esfuerzo de la directiva, que durante la semana había repartido entradas en los establecimientos colaboradores.
Quedaban diez minutos más la prolongación y el equipo de Álvaro García solo sufrió en un lanzamiento de falta, en el 88′, que golpeó en la barrera y desvió la trayectoria, pero no encontró portería, saliendo a escasos centímetros del poste. Esa fue la única ocasión clara del equipo gallego tras el descanso.
La grada era una fiesta, con la afición celebrando la presencia del equipo en el Play Out a la espera de que terminase el partido. Sin embargo, la noticia del gol del Zamora en el último suspiro lo cambió todo, helando los corazones de unos aficionados que, pese a todo, no pararon de animar en la grada hasta media hora después del pitido final.