Los helados, la comida del verano. Este postre, aunque la mayoría de la gente piensa que se trata de una comida calórica, se puede introducir en nuestra alimentación bajo una dieta equilibrada.
Los helados también se pueden introducir en una dieta equilibrada, aunque de manera ocasional como postre o merienda. La mayoría están formados por leche desnatada, azúcares y grasas, mientras que los que se hacen a base de agua, los polos o sorbetes, se componen principalmente de agua, azúcares y zumos de frutas.
Además, para los helados dirigidos a niños, muchas de las casas fabricantes ya están reduciendo los niveles de azúcar y componiendo un producto donde más del 10% de su contenido es fruta, como por ejemplo los conocidos calippo o twistter.
Algunos también están compuestos de leche fresca o son ricos en calcio, y se convierten en una buena opción para completar de manera divertida el calcio de las personas que, por gustos o hábitos, no consumen lácteos. Asimismo, los helados tienen una textura que procura una fácil masticación, mientras que su sabor dulce provoca sensación de placer.