La población infantil que vive en lugares con mayor concentración de partículas contaminantes PM2,5 y con pocas zonas verdes podría tener hasta un 62 % más de posibilidades de desarrollar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad
Según informa la agencia SINC, un equipo internacional de investigadores, liderado por Matilda van den Bosch del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, ha analizado las posibles asociaciones entre la exposición a la vegetación, la contaminación atmosférica y el ruido en los primeros años de vida con la incidencia posterior del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Estudio
El estudio utilizó datos administrativos de 37.000 nacimientos en Vancouver entre 2000 y 2001 y recuperó los casos de TDAH a partir de los registros hospitalarios, las visitas médicas y las recetas.
Los resultados indican que los niños y niñas que viven en zonas con mayor contaminación atmosférica por partículas PM2,5 y con escasez de espacios verdes podrían tener hasta un 62 % más de riesgo de desarrollar TDAH.
Por el contrario, las y los que viven en zonas más verdes y menos contaminadas tienen un 50 % menos riesgo de desarrollar el trastorno.
TDAH
El TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo más prevalentes, que afecta hasta a aproximadamente un 5-10 % de la población infantil y adolescente. El objetivo del estudio era evaluar los efectos conjuntos de las tres exposiciones (vegetación, contaminación y ruido) en relación con este trastorno.

Más espacios verdes, menos riesgo de TDAH
Los resultados son coherentes con estudios anteriores, que encontraron asociaciones entre los espacios verdes y la contaminación atmosférica, respectivamente, con el TDAH. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones realizadas hasta ahora se centraban en la evaluación de exposiciones únicas y rara vez evaluaban los efectos conjuntos de múltiples exposiciones ambientales.