Los operarios de mantenimiento de Alalpardo han comenzado a subirse a lo alto de los pinos para quitar los nidos de orugas
Las orugas construyen nidos o bolsones de seda que les sirven de refugio para pasar los fríos del invierno.
A la entrada de la primavera o finales del invierno, cuando la orugas procesionarias ya han terminado su desarrollo larvario, se deslizan por el tronco hacia el suelo en buscar de un lugar donde enterrarse.
Los operarios de mantenimiento están retirando estos días esos bolsones de seda con las orugas dentro. Este trabajo ha empezado en Miraval.

Orugas procesionarias del pino
La oruga de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) tiene preferencia por las acículas de todo tipo de pinos.
Sus nidos de seda blanca son habituales durante el invierno.
Utilizan las bolsas para protegerse del frío a lo largo de su vida larvaria, que consta de cinco etapas. Sin embargo, por su tamaño, son más fáciles de observar a partir de diciembre (durante su tercera fase de oruga)
Luego, en la primavera y terminado su crecimiento, descenderán hasta el suelo para su enterramiento. Formarán las peculiares hileras: una procesión de orugas comandadas siempre por una hembra.